Cartas al director

La seguridad ciudadana

Quisiera exponer mis ideas sobre el famoso problema de la delincuencia y, por ende, de la tan mentada inseguridad ciudadana.En primer lugar, me asombra el exagerado protagonismo que en este tema están tomando los señores Barrionuevo y Ledesma. Tanto es así que parece ser que la dimisión de uno de los dos es la solución mágica para acabar con el bandolerismo callejero.

Los medios de comunicación, atendiendo a su filiación política, apuestan por uno u otro ministro. Los conservadores (que suelen engañar por hábito y mentir por miedo) se erigen en fervientes admiradores del ministro de...

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Quisiera exponer mis ideas sobre el famoso problema de la delincuencia y, por ende, de la tan mentada inseguridad ciudadana.En primer lugar, me asombra el exagerado protagonismo que en este tema están tomando los señores Barrionuevo y Ledesma. Tanto es así que parece ser que la dimisión de uno de los dos es la solución mágica para acabar con el bandolerismo callejero.

Los medios de comunicación, atendiendo a su filiación política, apuestan por uno u otro ministro. Los conservadores (que suelen engañar por hábito y mentir por miedo) se erigen en fervientes admiradores del ministro del Interior, Barrionuevo. Los progresistas, por el contrario, defienden al ministro de Justicia, Ledesma. Y es curioso, la defensa del ministro en cuestión conlleva en todos los casos una crítica dura y cruda al otro ministro.

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En función de esta disparidad de opiniones, el Gobierno ha optado -como lo viene haciendo sistemáticamente- por dar la razón al protegido en medios conservadores: Barrionuevo. La solución salomónica debe ser causa todavía de estridentes carcajadas en medios de la judicatura española. ¿Cómo se puede considerar no peligroso (saludable) el porro hoy y mañana decir que produce cáncer atendiendo sola y exclusivamente a una determinada coyuntura social? Si la mano dura contra la droga blanda es el único medio que el Gobierno socialista tiene para solucionar el problema de la inseguridad ciudadana, aviados vamos.

Sin lugar a dudas, conseguirán que los sanos e inofensivos consumidores de hachís o marihuana (que los hay en abundancia) sean considerados "delincuentes en potencia", y es que han reducido al hombre a "pasta de masa con derecho sólo a su agonía". Pero lo que no conseguirán con esta medida es solucionar el problema a esos miles de heroinómanos cuya enfermedad suele tener un desenlace fatal. Pero, claro, "ellos se lo han buscado", dirán -aquellos que defienden a ese irrisorio ministro, con cuya gestión España ha protagonizado el mayor ridículo de su historia (recuérdese la aventura de los cuatro geo en Francia). Aquello de "la imaginación, al poder" no va en absoluto con este enjambre de papanatas que, cabeceando de sueño en sus poltronas de mimbre, se han olvidado de las viejas promesas. /

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