París trata de conciliar a Londres para reformar la agricultura comunitaria

Los ministros de Agricultura de los diez iniciaron ayer en Bruselas un último maratón de negociación de tres días, para intentar llegar a un acuerdo antes de la cumbre europea de 19 y 20 de marzo. Tras una larga noche de sesión, esta mañana habrán de informar a los titulares de Asuntos Exteriores -reunidos hoy en paralelo- sobre los debates que tuvieron ayer lugar en torno a una radical propuesta francesa: una reducción de los precios mayor que la propugnada por la Comisión Europea. Es decir, un guiño hacia Londres.La propuesta de la presidencia francesa prevé la disminuci...

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Los ministros de Agricultura de los diez iniciaron ayer en Bruselas un último maratón de negociación de tres días, para intentar llegar a un acuerdo antes de la cumbre europea de 19 y 20 de marzo. Tras una larga noche de sesión, esta mañana habrán de informar a los titulares de Asuntos Exteriores -reunidos hoy en paralelo- sobre los debates que tuvieron ayer lugar en torno a una radical propuesta francesa: una reducción de los precios mayor que la propugnada por la Comisión Europea. Es decir, un guiño hacia Londres.La propuesta de la presidencia francesa prevé la disminución de un 1% de los precios (expresados en ecus, unidad de cuenta europea) de productos como la carne, el aceite de oliva, algunos cereales y el vino de mesa. La comisión había propuesto congelarlos. Francia recoge asimismo la propuesta de prohibir la plantación de nuevas viñas hasta 1991, al tiempo que se seguirían reestructurando las actuales.

Penalizar a los productores

El espinoso tema del control de la producción láctea se resolvería, según la propuesta de la presidencia, fijando un techo límite para los diez de 97,8 millones de toneladas al cabo de tres años (la producción fue en 1983 de 103 millones de toneladas). Pero en conjunto estas medidas, incluida la reforma de los famosos montantes compensatorios monetarios, vendría a costar unos 78.000 millones de pesetas más al año en 1984 y 1985, que las propuestas de la comisión. No hay dinero. Así, países como el Reino Unido y la República Federal de Alemania consideraron el texto como insuficiente. Un millón de toneladas de excedentes lácteos cuesta 35.000 millones de pesetas a la CEE.

Entre otras medidas adicionales, Francia recoge la idea de penalizar a los productores que superasen la cuota fijada, gravámenes sobre la producción intensiva de leche, supresión de la ayuda al consumo de mantequilla e instauración de una tasa al consumo de las materias grasas (distintas que la mantequilla) que rechaza de plano Londres. Sin embargo, un portavoz británico señaló que el texto contenía "algunos pasos en la buena dirección".

Por su parte, hoy y mañana se reunirán los ministros de Asuntos Exteriores para debatir los resultados de sus colegas agrícolas y discutir otros puntos del paquete de reformas internas de la CEE, especialmente los presupuestarios (aumento de los recursos financieros de la CEE, disciplina de gastos y contribución británica). También en paralelo se encontrarán los ministros de Finanzas. El tema de la contribución británica al presupuesto de la CEE y sus exigencias de cara al control del gasto agrícola (que representa un 60% del total del presupuesto) parece la piedra de toque para el éxito de la cumbre europea de marzo. Margaret Thatcher tiene los ases y sus conversaciones con Mitterrand no parecen haber dado gran resultado.

Tan mal están las cosas que se sigue hablando de retrasar la cumbre o, como ha dicho Gaston Thorn, presidente de la Comisión Europea, convocar, en caso de fracaso en marzo, una conferencia de los diez para discutir quién quiere seguir con la CEE y quien quedarse al margen. Un mensaje para Thatcher. El mayor factor de optimismo es el prestigio personal que ha empeñado Mitterrand de cara a marzo. Y los mensajes repetidos de su ministro de Agricultura, Michel Rocard, señalando que los agricultores franceses -y todos los europeos- han de apretarse el cinturón.

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