La oposición salvadoreña propone la formación de un Gobierno provisional como paso previo a la conclusión de la guerra civil

La oposición salvadoreña propuso ayer la formación de un Gobierno provisional de amplia base, cuya composición se determinaría en negociaciones directas con el actual Ejecutivo, como fórmula transitoria para poner término a la guerra civil. El objetivo último del plan sería la convocatoria de elecciones generales en un plazo no determinado, pero que en ningún caso sería largo.

Este proyecto fue presentado en conferencias de prensa celebradas simultáneamente en México, París, Caracas y Washington. A la primera de ellas asistieron cinco de los miembros más destacados de la comisión políti...

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La oposición salvadoreña propuso ayer la formación de un Gobierno provisional de amplia base, cuya composición se determinaría en negociaciones directas con el actual Ejecutivo, como fórmula transitoria para poner término a la guerra civil. El objetivo último del plan sería la convocatoria de elecciones generales en un plazo no determinado, pero que en ningún caso sería largo.

Este proyecto fue presentado en conferencias de prensa celebradas simultáneamente en México, París, Caracas y Washington. A la primera de ellas asistieron cinco de los miembros más destacados de la comisión político- diplomática que agrupa a todas las fuerzas opositoras: Guillermo Ungo, Rubén Zamora, Ana Guadalupe Martínez, Mario Aguiñada y Héctor Oqueli.

Este último había sido recibido el día anterior por el primer ministro sueco, Olof Palme, durante la visita que éste realizó a México, antes de trasladarse a Nicaragua en visita oficial.

Antes y después

A juicio de Guillermo Ungo, la propuesta es válida tanto antes como después de las elecciones convocadas en El Salvador para el próximo 25 de marzo. Estos comicios "obedecen sólo a los intereses electorales de Reagan", dijo, "y, lejos de resolver el conflicto salvadoreño, constituyen un peligro para su solución definitiva".

El presidente del Frente Democrático Revolucionario (FDR) anunció, sin embargo, que la guerrilla no boicoteará militarmente tales elecciones. "La guerra continuará antes y después, mientras no se obtengan resultados sustanciales en las negociaciones, pero esas elecciones no constituyen un objetivo militar, dado que un sector del pueblo se verá obligado a participar en ellas para no comprometer su vida".

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El Gobierno de amplia participación que propone la guerrilla debería decidirse en un proceso de diálogo, en el que participarían, por una parte, el actual Ejecutivo salvadoreño, representantes de las fuerzas armadas y el embajador especial de Estados Unidos, Richard Stone; por la otra, una delegación de las fuerzas opositoras.

Alto el fuego

Podrían intervenir asimismo mediadores sin facultades arbitrales y testigos internacionales, con una mención específica al grupo de Contadora.

La primera fase de la negociación estaría canalizada por los mediadores, para dejar paso luego a contactos directos entre las partes. La guerrilla proclama su propósito de acordar un alto el fuego una vez que se registraran avances significativos en este proceso.

Las fuerzas guerrilleras proponen que la nueva estructura provisional del Estado esté constituida por una junta de tres a cinco miembros, un gabinete ministerial, un consejo consultivo y una corte suprema de justicia. De su composición sólo excluyen a la oligarquía y a las fuerzas comprometidas en el mantenimiento de la dictadura; entre ellas, el partido ultraderechista ARENA.

El Ejército salvadoreño participaría después de depurar sus filas de los elementos comprometidos en el genocidio.

Objetivos fundamentales

La guerrilla entiende que el Gobierno provisional debe tener representantes del movimiento obrero, campesinos, maestros, empleados públicos, colegios profesionales, universidades, partidos políticos (con la exclusión específica de ARENA), sectores empresariales, representantes de las fuerzas de oposición y un Ejército ya depurado, en el que se integraría a los combatientes guerrilleros.

Como objetivos fundamentales se apuntan los siguientes: rescatar la independencia nacional, destruir el aparato represivo y sentar las bases de una verdadera democracia, atender las necesidades más urgentes de las mayorías populares, establecer condiciones para resolver el estado de guerra y convocar elecciones generales.

La depuración del Ejército no comprende responsabilidades por acciones de guerra, tanto de uno como de otro bando.

Como medidas inmediatas proponen la investigación y juicio de los responsables del genocidio que ha ocasionado ya 40.000 muertos en los últimos cuatro años, la derogación de la Constitución aprobada en diciembre, la anulación del estado de sitio y todas las leyes de excepción y la garantía de las libertades individuales y asociativas. Se asegura el respeto a la empresa privada y a la inversión extranjera.

En materia de política exterior, el nuevo Gobierno entrará en el Movimiento de Países No Alineados.

Para asegurar la neutralidad norteamericana ofrecen a Washington el compromiso de no permitir la instalación de bases extranjeras, así como impedir que desde territorio salvadoreño se desestabilice a otros Estados.

Como contrapartida exigen que Estados Unidos no realice actividades contra el Gobierno provisional ni contra el que sea elegido en las elecciones futuras.

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