Argel se está quedando sin clientes de gas natural licuado

El Gobierno de Argel se está quedando prácticamente sin clientes de gas natural licuado como consecuencia de su insistencia en mantener unas duras condiciones en los contratos de suministro, tanto en lo que se refiere a los precios como a las cantidades mínimas de adquisiciones, según estiman medios especializados del sector. Prácticamente sólo Francia está cumpliendo a rajatabala el leonino contrato que firmó en 1981 con la empresa Sonatrach argelina, y eso a cambio de unas compensaciones supuestamente importantes (el acuerdo es secreto) en el terreno comercial.A partir del momento en que Arg...

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El Gobierno de Argel se está quedando prácticamente sin clientes de gas natural licuado como consecuencia de su insistencia en mantener unas duras condiciones en los contratos de suministro, tanto en lo que se refiere a los precios como a las cantidades mínimas de adquisiciones, según estiman medios especializados del sector. Prácticamente sólo Francia está cumpliendo a rajatabala el leonino contrato que firmó en 1981 con la empresa Sonatrach argelina, y eso a cambio de unas compensaciones supuestamente importantes (el acuerdo es secreto) en el terreno comercial.A partir del momento en que Argel, en 1980, adoptó la política de equiparar precios del gas natural a los del petróleo, casi la totalidad de clientes norteamericanos y europeos han planteado quejas a los argelinos sobre la dificultad de seguir comprando una fuente de energía que resulta no competitiva con otras energías alternativas, incluso con gas natural procedente de otros suministradores.

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La última compañía en denunciar su acuerdo de suministro con Sonatrach ha sido, durante el mes de enero, la norteamericana Panhandle Eastern, que ha dejado en suspenso un contrato para la compra de 90.000 millones de metros cúbicos en un período de veinte años.

Anteriormente hizo lo mismo El Paso Gas Co., una compañía texana que en 1981 rompió bruscamente sus negociaciones para la firma de un acuerdo que hubiese garantizado a Argelia la venta de 10.000 millones de metros cúbicos anuales durante 25 años.

Previamente había hecho lo mismo Eastcogas, que dejó a los argelinos con tres líneas de gasoducto inutilizadas y que requirieron en su día una inversión multillonaria. Ahora, según algunas fuentes, son estas inversiones las que los argelinos reclaman injustamente a España.

Aparte de las compañías norteamericanas, Bélgica y España han sido los dos países europeos que han solicitado una reducción en las entregas acordadas. Con los belgas, que fueron los primeros que aceptaron el incremento del precio, el Gobierno argelino no ha ejercitado su supuesto derecho a exigir compensciones. Con España no ha sucedido lo mismo, y de ahí se derivan las dificultades actuales.

Italia, por su lado, también ha tenido roces con los argelinos en el uso del gasoducto siciliano que une la península con los campos de gas vía el Mediterráneo. El gasoducto estuvo un tiempo sin utilizar por una disputa sobre el precio. Finalmente se llegó a un acuerdo, pero el gas que pasa por el mismo es menos de la mitad de la capacidad del tubo.

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