Cartas al director

Las truchas no aman la tónica

Desde hace casi 20 años me dedico a la apacible tarea de criar truchas. He sido el primero en hacerlo en la provincia de Guadalajara, aprovechando las aguas cristalinas del río Cifuentes.Pero desde hace dos años debo soportar los vertidos contaminantes de Riocasa, SA, que fabrica los refrescos Schweppes. Al cabo de ese largo tiempo de contaminación desastrosa de las aguas, y posiblemente por efecto de mis denuncias, de las protestas de los pescadores y agricultores y de las instancias del Icona y de la Comisaría de Aguas, Riocasa ha decidido proyectar una depuradora. Pero mientras ésta llega a...

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Desde hace casi 20 años me dedico a la apacible tarea de criar truchas. He sido el primero en hacerlo en la provincia de Guadalajara, aprovechando las aguas cristalinas del río Cifuentes.Pero desde hace dos años debo soportar los vertidos contaminantes de Riocasa, SA, que fabrica los refrescos Schweppes. Al cabo de ese largo tiempo de contaminación desastrosa de las aguas, y posiblemente por efecto de mis denuncias, de las protestas de los pescadores y agricultores y de las instancias del Icona y de la Comisaría de Aguas, Riocasa ha decidido proyectar una depuradora. Pero mientras ésta llega a funcionar, la fábrica sigue vertiendo sus residuos, contra la ley, contra la prohibición expresa de la Administración y contra mis protestas, ensuciando el río Cifuentes e intoxicando a las truchas.

En el pasado año han muerto 1.400.000 alevines, que no pudieron defenderse por su extremada sensibilidad. De cara a la inmediata primavera, cuando los nuevos alevines van a poblar los estanques, me pregunto: ¿estarán también condenados a morir? Y será inevitable si persisten los vertidos de Schweppes. Con ello vendrá la ruina de mi modesta empresa y el despido de sus empleados. Y quedaría confirmado que hoy también el poderoso acosa, mancha y destruye impunemente.

La única solución es que Riocasa detenga sus vertidos ahora mismo, por una orden eficaz de la Comisaría de Aguas del Tajo, que haga cumplir la ley. Ahora, porque unas horas son decisivas para un ser vivo y no puede la vida soportar el empapelamiento de nuestra burocracia.

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Es un despropósito que se origine un litigio entre Schweppes y yo, cuando tan desigual duelo de particulares no tendría razón de ser si la Administración hubiese cumplido su papel impidiendo desde un principio los desafueros de Riocasa con puntualidad y firmeza.

Yo me siento arruinado y escarnecido. No sólo como empresario, sino como ciudadano. Porque Schweppes arroja sus residuos en nuestras aguas, cosa que no osaría hacer Mr. John Edward Rix (el presidente de su consejo de administración) en su país natal, donde las instituciones son más eficaces. Una empresa que gasta centenares de millones en publicidad, podría haber afrontado a tiempo la depuración de sus efluentes. Ahora hay un daño ecológico y una afrenta.

Las truchas han aprendido a odiar la tónica. Es la única lucidez que les permite su agonía. /

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