Incertidumbre en París sobre la política a seguir

El Gobierno francés se debate en la duda de si responder militarmente a Libia o ponerse a negociar de un modo abierto con el coronel Muamar el Gadafi sobre el futuro de Chad. Por lo pronto, ayer la zona de intervención de las tropas francesas en el país africano se amplió hasta el paralelo 16 grados, sobre la línea que une las localidades de Koro Toro y Um Chaluba, unos 200 kilómetros al norte de la línea roja traspasada el miércoles por la columna militar antigubernamental que atacó Zigueye.

Lo que no parece posible es que el Gobierno francés vaya a quedarse con los brazos c...

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El Gobierno francés se debate en la duda de si responder militarmente a Libia o ponerse a negociar de un modo abierto con el coronel Muamar el Gadafi sobre el futuro de Chad. Por lo pronto, ayer la zona de intervención de las tropas francesas en el país africano se amplió hasta el paralelo 16 grados, sobre la línea que une las localidades de Koro Toro y Um Chaluba, unos 200 kilómetros al norte de la línea roja traspasada el miércoles por la columna militar antigubernamental que atacó Zigueye.

Lo que no parece posible es que el Gobierno francés vaya a quedarse con los brazos cruzados, y más ante las críticas tanto de la oposición como de la opinión pública "al inmovilismo y a la pasividad" de las fuerzas galas en Chad.

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Fuentes solventes hablan de represalias limitadas, y más o menos inminentes, destinadas a salvar la cara. A ello habrá que atribuir la orden del Ministerio de Defensa de extender la zona de control hacia el norte y de hacer frente a las fuerzas del Gobierno de Unión Nacional de Transición de Chad (GUNT), que puedan encontrarse en la nueva área. A partir de ahora, las posiciones avanzadas francesas se encuentran a unos 200 kilómetros de Faya Largeau, la capital del GUNT y probable objetivo de.una primera represalia francesa. Más adelante, París podría jugar la carta de la verdad, la de la negociación con Libia, puesto que la guerra no es la meta del Gobierno francés, de acuerdo con la doctrina oficial. El ministro de Exteriores, Claude Cheysson, mantiene su previsto viaje a Trípoli.

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