El Parlamento portugués aprueba la despenalización del aborto, con los votos en contra de socialdemócratas y democristianos

El Parlamento, portugués aprobó ayer, por 132 votos frente a 102 y una abstención, el proyecto de ley del Grupo Parlamentario Socialista que despenaliza la interrupción voluntaria del embarazo en los mismos casos que contempla la legislación española. Los democristianos del CDS, en la oposición, utilizaron todos los recursos para intentar que se aplazara la votación. Pero la determinación de los partidos de izquierda pudo con ellos y, cerca de 24 horas después de que se iniciase la sesión, tras pasar toda la noche en vela, los diputados socialistas y comunistas, uno por uno, dieron su apoyo a ...

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El Parlamento, portugués aprobó ayer, por 132 votos frente a 102 y una abstención, el proyecto de ley del Grupo Parlamentario Socialista que despenaliza la interrupción voluntaria del embarazo en los mismos casos que contempla la legislación española. Los democristianos del CDS, en la oposición, utilizaron todos los recursos para intentar que se aplazara la votación. Pero la determinación de los partidos de izquierda pudo con ellos y, cerca de 24 horas después de que se iniciase la sesión, tras pasar toda la noche en vela, los diputados socialistas y comunistas, uno por uno, dieron su apoyo a la primera iniciativa portuguesa en favor de la liberalización de las prácticas abortivas. Los socialdemócratas (PSD), miembros de la coalición gubernamental, votaron en contra.

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Para el poeta Manuel Alegre, diputado socialista, ha "vencido la democracia". En la diócesis de Braga, sede del primado de la Iglesia católica portuguesa, todas las campanas doblaron en señal de duelo por una ley que la jerarquía eclesiástica denuncia como "una nueva matanza de los inocentes".Antes de aprobar el proyecto socialista sobre "exclusión de la ilicitud en algunos casos de interrupción voluntaria del embarazo" los diputados socialistas (PS) habían provocado, con su abstención, el rechazo de otra propuesta, más liberal, del Partido Comunista portugués (PCP), para legalizar la "interrupción voluntaria del embarazo", que obtuvo apenas los 44 votos del PCP.

La única abstención correspondió a un diputado, socialista, y hubo también 15 ausencias. El grupo parlamentario del PSD obedeció la disciplina de voto impuesta por su dirección, con la también única excepción del líder de la juventud socialdemócrata, que votó con los socialistas. En su reciente congreso nacional, la organización juvenil del PSD se había pronunciado a favor de la liberalización parcial del aborto.

La Comisión Parlamentaria sobre Derechos, Libertades y Garantías dispone ahora de un plazo de dos semanas para analizar el proyecto aprobado "en su generalidad", que deberá serde nuevo votado por el Pleno, artículo por artículo, antes de ser enviado al presidente Ramalho Eanes para su promulgación.

El CDS anunció ya que presentará recurso al Tribunal Constitucional alegando la violación del principio constitucional de la "inviolabilidad del derecho a la vida", mientras que la Iglesia y la derecha presionan al jefe del Estado para que vete la promulgación de la ley sobre el aborto.

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Si así ocurriera, haría falta una mayoría de dos tercios para que el proyecto socialista pudiera entrar en vigor.

Todas las atenciones se vuelven ahora hacia el PSD, que anunció de antemano que la aprobación de la propuesta socialista traería "graves consecuencias pasa la estabilidad de la coalición y del Gobierno" que preside el secretario general del PSP, Mario Soares.

Para la oposición, comunista y dernocristiana, y también para los sectores que, dentro del PSD, se opusieron siempre a la alianza con los socialistas, la coalición gobernante está "herida de muerte".

Fuera de estas posiciones, dictadas por una evidente voluntad política de envenenar las diferencias entre los partidos de la actual mayoría, pocas son las opiniones en favor de la ruptura inmediata de la coalición. En los medios próximos a la actual dirección socialdemócrata prevalece aparentemente la actitud de exigir del PS una renegociación del acuerdo que sirvió de base para la formación del Gobierno Soares. Parece existir una voluntad mayoritaria de castigar al PS por su traición, pero las opiniones están divididas sobre las formas que debe revestir la represalia.

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