Kohl aboga en Israel por la autodeterminación palestina, enfriando aún más su visita

El canciller de la República Federal de Alemania (RFA) Helmut Kohl, fue recibido ayer fríamente en la Kneset (parlamento israelí después de que en una cena de gala celebrada en la noche anterior abogara por la autodeterminación palestina en los territorios ocupados de Gaza y Cisjordañia y por una solución negociada al conflicto árabe-israelí. La jornada fue parlamentariamente movida, con la presentación de tres mociones de censura contra el Gobierno de Isaac Shamir. El debate fue particularmente agitado, y concluyó con el rechazo, por 62 votos contra 56 y una abstención, de las mociones de cen...

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El canciller de la República Federal de Alemania (RFA) Helmut Kohl, fue recibido ayer fríamente en la Kneset (parlamento israelí después de que en una cena de gala celebrada en la noche anterior abogara por la autodeterminación palestina en los territorios ocupados de Gaza y Cisjordañia y por una solución negociada al conflicto árabe-israelí. La jornada fue parlamentariamente movida, con la presentación de tres mociones de censura contra el Gobierno de Isaac Shamir. El debate fue particularmente agitado, y concluyó con el rechazo, por 62 votos contra 56 y una abstención, de las mociones de censura.

Las posiciones políticas del canciller alemán con respecto al conflicto de Oriente Próximo, que no dejan de ser las de la Comunidad Económica Europea (CEE), causaron fuerte irritación tanto a Shamir como a los miembros de su Gabinete. Además, Kohl propuso como marco idóneo para las negociaciones de paz los planes elaborados por el presidente Ronald Reagan y por la cumbre árabe de Fez, algo que Shamir rechaza categóricamente.Así que no puede decirse que Kohl fuera acogido con entusiamo en su visita. La recepción fue más bien fría, y varios parlamentarios abandonaron ostensiblemente la sala para hacer notar su disgusto. El rabino y diputado laborista Menájem Hacohen gritó: "¡No olvidéis lo que os ha hecho Amalek!", alusión bíblica destinada a recordar a los parlamentarios los "crímenes inexpiables de Amalek", pueblo que vivía en Canaan, la tierra prometida, y juró aniquilar al pueblo hebreo hace unos 3.000 años.

El canciller reaccionó con calma y dignidad explicando a los parlamentarios ísraelíes que no existe riesgo de que crezca el neonazismo en la RFA. Insistió en que no todos los SS eran criminales, y dijo que si algunos contribuyeron al holocausto en el gueto de Varsovia y en el campo de concentración de Auschwitz, la mayoría estaba formada por soldados de remplazo movilizados a los 18 años.

Otro de los contenciosos entre Bonn y Tel Aviv es el de la venta de armas a Arabia Saudí, problema que no tiene visos de solución. Shamir presentó la cuestión,a Kohl, que escuchó con cortés atención al primer ministro israelí. No hubo ninguna respuesta por parte alemana. Al parecer, toda discusión es inútil, pues la decisión de Bonn está tomada. Un contrato de venta por valor de 14.000 millones de marcos (casi 800.000 millones de pesetas) es lo suficientemente importante para una economía afectada por la crisis y el paro como para que el Gobierno de Bonn vaya a renunciar a él.

Shamir recordó a su contertulio que las armas entregadas a los saudíes por los norteamericanos, franceses, italianos y británicos son al menos parcialmente traspasadas aotros países árabes, pese a las garantías de Riad.

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