La reconversión industrial provocará 200.000 parados y supondrá inversiones anuales del orden de los 150.000 millones

La reconversión industrial tendrá un coste estimado de algo más de 200.000 puestos de trabajo, entre directos e inducidos, antes de 1986, y supondrá inversiones anuales entre 100.000 y 150.000 millones de pesetas, aparte de subvenciones oficiales, según estimaciones oficiales -todavía no definitivas- que baraja el Gobierno. Por otro lado, el subcoeficiente de capital riesgo que, dentro de las inversiones obligatorias de las entidades financieras, será creado para financiar la reindustrialización, se situará en torno al 1% de sus depósitos totales, si se confirman los estudios previos realizado...

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La reconversión industrial tendrá un coste estimado de algo más de 200.000 puestos de trabajo, entre directos e inducidos, antes de 1986, y supondrá inversiones anuales entre 100.000 y 150.000 millones de pesetas, aparte de subvenciones oficiales, según estimaciones oficiales -todavía no definitivas- que baraja el Gobierno. Por otro lado, el subcoeficiente de capital riesgo que, dentro de las inversiones obligatorias de las entidades financieras, será creado para financiar la reindustrialización, se situará en torno al 1% de sus depósitos totales, si se confirman los estudios previos realizados en el Ministerio de Industria y Energía y presentados al Gobierno.

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Hay que tener en cuenta, sin embargo, que estas cifras son provisionales, ya que tanto el número definitivo de puestos de trabajo pérdidos como el alcance de los recursos financieros necesarios serán objeto de próximas negociaciones que el Gobierno -y, más concretamente, el titular del departamento de Industria, Carlos Solchaga- emprenderá con los responsables de la banca y cajas de ahorro, en el frente financiero, y con las empresas y las centrales sindicales, en el económico y social. Otro factor de incertidumbre es el firme deseo de introducir gradualmente este subcoeficiente, por lo que es previsible que las cantidades anuales de inversiones, en una primera fase, no alcancen la cifra apuntada de 150.000 millones que sería el 1 % de los recursos globales de las entidades financieras.El Libro Blanco de la Reindustrialización será presentado formalmente esta semana a las centrales sindicales y demás agentes económicos afectados por la reconversión. En su versión definitiva, a la que ha tenido acceso este periódico, contiene 242 páginas mecanografiadas, aunque incluso ayer se estaban introduciendo cambios de última hora y, por tanto, su publicación impresa se estaba retrasando. En resumen, el libro es un informe detallado de lo que ha sido la política de reconversión hasta la fecha y de lo que serán las líneas básicas que el Gobierno tratará de aplicar, con un criterio rígido, pero abierto en cuanto a la inclusión de nuevos sectores industriales. No incluye, por tanto, las estimaciones del Ministerio de Industria y Energía respecto al coste social y económico del proceso.

Fuentes fidedignas han adelantado que los cálculos del equipo Solchaga respecto al coste social y económico son bastante concretos, aunque no pueden ser definitivos, porque la materialización del proceso de reindustrialización, según se establece en el Libro Blanco, se pretende negociar con los distintos agentes involucrados en el proceso. Asimismo, la ley de reconversión tendrá que ser discutida y aprobada en el Parlamento.

Pero es precisamente en estos primeros cálculos, en los que se precisa que pueden alcanzarse los 200.000 parados adicionales en el sector industrial, donde puede encontrarse la clave de la reciente profecía del titular de Industria respecto a la dificultad de cumplir el objetivo electoral del PSOE de crear 800.000 puestos de trabajo al término de la actual legislatura.

Puestos de trabajo directos perdidosEn cualquier caso, en las estimaciones del Ministerio de Industria se habla de un coste de 65.514 puestos de trabajo directos, en su mayoría en el sector textil. En su última conferencia de prensa, el propio Solchaga adelantó que, en este sector, la mera aplicación de la ley Bayón daba una cifra superior a los 40.000 puestos de trabajo, cifra que, erróneamente, algunos medios informativos han dado como número final de parados originado por la, reindustrialización. En el Libro Blanco se habla, en concreto, de 41.000 puestos en el sector textil y de 65.514 totales, es decir, un 24,1 % del total de la fuerza empleada en los 11 sectores en reconversión y en las empresas aisladas sometidas al mismo proceso.

La proyección sobre la actividad auxiliar de estos puestos de trabajo directos perdidos se sitúa en una cifra próxima a los 200.000, resultantes de multiplicar la cifra de desempleados directos por el coeficiente de puestos inducidos que se pierden cuando en determinadas empresas básicas se recomponen plantillas. Si en siderurgia, por ejemplo, se estima que, por cada parado directo, se pierden cinco inducidos, en otros sectores el efecto indirecto es nulo. Como media, por tanto, se habla de un coeficiente de 2,5 o incluso de 3, que es de donde resulta la cifra de 200.000, muy superior a la avanzada por otros altos funcionarios en los últimos días.

En el terreno financiero, donde el Gobierno tiene aún las ideas menos definidas y cuya concreción fue objeto de debate en el último Consejo de Ministros, la idea que se perfila es la de que las entidades privadas de crédito contribuyan con un 1% de sus depósitos totales a financiar los planes de la reconversión industrial, los mecanismos de ajustes de plantillas y los fondos de promoción de empleo. No obstante, las fórmulas definitivas están todavía verdes, precisamente porque el plan Solchaga debe ser todavía aprobado por el resto del Gabinete y ajustado al proceso de reforma del sistema financiero y de las negociaciones que puedan establecerse con los responsables de la banca y las cajas de ahorro.

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