La reactivación mundial puede detenerse, según Miguel Ángel Fernández Ordóñez

La reactivación internacional, limitada a algunos países solamente, es un hecho, manifestó Miguel Ángel Fernández Ordóñez, secretario de Estado de Economía, en el transcurso de un debate organizado por la Asociación para el Progreso de la Democracia. Lo problemático es que dicha reactivación, especialmente la estadounidense, puede verse truncada antes de que finalice el año si no se produce una reducción significativa en los tipos reales de interés que existen en aquella nación. Para Fernández Ordóñez, los últimos datos de la economía española no son especialmente malos, aunque tampoco permite...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

La reactivación internacional, limitada a algunos países solamente, es un hecho, manifestó Miguel Ángel Fernández Ordóñez, secretario de Estado de Economía, en el transcurso de un debate organizado por la Asociación para el Progreso de la Democracia. Lo problemático es que dicha reactivación, especialmente la estadounidense, puede verse truncada antes de que finalice el año si no se produce una reducción significativa en los tipos reales de interés que existen en aquella nación. Para Fernández Ordóñez, los últimos datos de la economía española no son especialmente malos, aunque tampoco permiten que se echen las campanas al vuelo.

Tanto el secretario de Estado como los demás intervinientes en la mesa redonda -Jaime Requeijo, catedrático de universidad; Carlos Ferrer Salat, presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), y Rafael Termes, presidente de la Asociación Española de Banca privada (AEB)- se mostraron de acuerdo en que sólo con el mantenimiento de la reactivación norteamericana, lo que exige necesariamente una disminución del déficit de Estados Unidos -situado en la actualidad en 240.000 millones de dólares-, es posible pensar en una reactivación de los demás países, y por tanto de la economía española.Rafael Termes se mostró especialmente cauto a la hora de cifrar las posibilidades de reactivación de la economía española, utilizando para ello datos referidos al crecimiento del comercio mundial y sus repercusiones sobre el volumen de exportaciones españolas, teniendo en cuenta que no son precisamente los países que se están reactivando -Estados Unidos, República Federal de Alemania y Reino Unido- los principales compradores de productos españoles.

Cautelas necesarias

Las crisis de Francia, Portugal, los países latinoamericanos y los de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) influyen en mayor medida, en opinión de Termes y de Ferrer Salat, que lo hace el tirón, limitado, de los otros países.Miguel Ángel Fernández Ordóñez manifestó en su intervención que si bien estas cautelas eran necesarias, lo cierto es que los expertos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) están variando de forma su previsiones sobre crecimiento económico y del comercio mundial. Según estas estimaciones, mientras que el producto interior bruto (PIB) de los países de la OCDE tuvo un crecimiento negativo del 0,2% en 1982, para este año se espera que se sitúe en el 1,9%. y para 1984 en el 3,2%; junto a estos porcentajes, los de las importaciones de productos por parte de los países de la OCDE se colocan en -0,4% el pasado año, 0,3% en 1983 y 5,4% en 1984.

Los últimos datos de la economía española, aunque parciales y todavía poco representativos en opinión de Miguel Ángel Fernández Ordóñez, deben tenerse en cuenta a la hora de valorar las posibilidades de que se cumplan las previsiones iniciales del Gobierno. Si bien el comercio exterior fue un desastre en los dos primeros meses del año, los correspondientes al mes de marzo fueron espectaculares, lo que hace que, de mantenerse la tendencia de los tres primeros me ses, las exportaciones en el año crecerían el 2,5%, cifra por deba jo de las previsiones, pero importante en cualquier caso.

Para Miguel Ángel Fernández Ordóñez, aunque las cifras de abril y de algún mes más vuelvan a ser malas, ello no significará la caída de las previsiones, toda vez que las repercusiones favorables a la exportación derivadas de la devaluación de la peseta no se hacen pausibles hasta transcurrido casi un semestre.

En lo que se mostró más optimista el secretario de Estado de Economía fue en la lucha contra la inflación, anunciando que, de confirmarse los datos de avance que se tienen por comercio sobre la evolución de los precios en el mes de mayo, la inflación anual estaría ya por debajo del 12%.

El crecimiento del paro registrado en el primer trimestre, sobre el inmediatamente anterior, fue otro de los factores considerados como menos malos por Miguel Ángel Fernández Ordóñez. En los últimos cuatro años este porcentaje ha venido descendiendo de forma clara, desde suponer un aumento del 10% al 1,1% actual.

Archivado En