El embudo
Entre las muchas leyes de la fiesta, la del embudo es una de las que más se aplican. Es práctica habitual en taurinos remover el mundo, si hace falta, para que unos cuantos toreros disfruten de ganado facilón, mientras al resto lo echan a las fieras.Alguien tendría que acabar con esto, pero, mientras tanto correspondería al público intentar que esa Iey del embudo se vuelva del revés. Y, no precisamente lo contrario, como hemos visto en la feria, pues mientras con toda razón exige toro para veteranos y modestos, la tarde que menos toro hubo -aquella de los Sayalero y los Domecq, inválidos, para...
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Entre las muchas leyes de la fiesta, la del embudo es una de las que más se aplican. Es práctica habitual en taurinos remover el mundo, si hace falta, para que unos cuantos toreros disfruten de ganado facilón, mientras al resto lo echan a las fieras.Alguien tendría que acabar con esto, pero, mientras tanto correspondería al público intentar que esa Iey del embudo se vuelva del revés. Y, no precisamente lo contrario, como hemos visto en la feria, pues mientras con toda razón exige toro para veteranos y modestos, la tarde que menos toro hubo -aquella de los Sayalero y los Domecq, inválidos, para figuras- aclamó alardes de valor y faenas hechas a toros moribundos.