Crítica:'PUNK'

Las Vulpes, el orguIlo de los castigados

La noche d el desagravio prometía. Los Porkies empezaron con un buen tema, Ya no habrá más policía cuando llegue la anarquía. Del resto de su actuación uno se quedaba más con el espíritu de la letra que con la letra misma. Esto se debía sencillamente, a lo turbio de la dicción. El ruido permitía un cierto meneo entretenido. Lo suficiente como para hacerlos tolerables. Su estancia en el escenario fue adecuadamente escueta. Más fugaces aún, La Uvi, prosiguieron en un tono parecido. Sólo se descifraban los insultos.Las Vulpes, muy propias, hicieron su presentación en sociedad logrando por ...

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La noche d el desagravio prometía. Los Porkies empezaron con un buen tema, Ya no habrá más policía cuando llegue la anarquía. Del resto de su actuación uno se quedaba más con el espíritu de la letra que con la letra misma. Esto se debía sencillamente, a lo turbio de la dicción. El ruido permitía un cierto meneo entretenido. Lo suficiente como para hacerlos tolerables. Su estancia en el escenario fue adecuadamente escueta. Más fugaces aún, La Uvi, prosiguieron en un tono parecido. Sólo se descifraban los insultos.Las Vulpes, muy propias, hicieron su presentación en sociedad logrando por sus juveniles bocas todo tipo de venablos viscosos Sus mensajes, conceptuales o semisólidos, alcanzaron su objetivo Le daban a uno en la cara.

Concierto 'punk'

Porkis, La Uvi. Las Vulpes. Sala Rock-Ola. Madrid, 18 de mayo.

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Las Vulpes demostraron tener sobrado magnetismo animal como para hacer justificable y deseable su presencia en escena. En su caso, la música es tan sólo el so porte de una actitud. Un gesto de rebeldía ante la ruina que les ha caído encima. Ese es el auténtico espectáculo. Sojuzgar sus calidades técnico-musicales es tan necio como interrogarse por la ortografía de un panfleto o la variedad de registros vocales utilizados por el cura que canta misa. Lo de Las Vulpes es utilizar la música para levantar la cabeza y gritar con orgullo: "Aquí estamos".

Su repertorio improvisado incluía descargas como Zas, patada en los huevos, político menos, Asesinos policías o Anarquía en TV. Durante esta última, en la pantalla de vídeo que recogía la actuación se cruzaron los cables, disparando insertos del telediario. Allí aparecieron las señales horarias, el rostro de Felipe González y el espacio, últimas noticias. La soflama más decente fue Me gusta ser una zorra.

La noche de Las Vulpes fue una tribuna para mostrar la situación en que se halla una parte respetable de la juventud. Las Vulpes son el exponente de una gente que se moviliza contra un orden social que les niega todas las oportunidades. El punk no nació para ser otra moda musical, sino el despertar a la agitación social de unos jóvenes que utilizan los medios de comunicación. Sea música mejor o peor, o simplemente ruido, es punk y basta. Es la cultura de una gente. Sin embargo, otras gentes poco civilizadas siguen considerando las culturas ajenas como materia de orden público. O, más grave aún, quisieran hacer de la cultura una forma de anestesia. Para su desgracia, en la cola de un siglo amenazado por la barbarie, cuatro chicas llenas de vida todavía tienen el poder de provocar el escándalo.

Más información en la página 66

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