Comienza el debate de los presupuestos

Boyer presentó los presupuestos del, Estado con un, llamamiento, a la necesidad de moderación en los incrementos salariales

"La lucha contra la inflación debe verse facilitada por una actitud de moderación salarial. El Acuerdo Interconfederal tiene su límite superior ligeramente por encima de la tasa del 12% para la inflación prevista, y la media de los convenios firmados sitúa el incremento realizado en los primeros meses del año en un 11,65%, algo más que en 1982, pese a que la inflación se estima dos puntos menos. Debo advertir, desde esta tribuna, contra el riesgo de que, a causa de deslizamientos, se sobrepase el objetivo promedio del 12% sin compensarlo con otras reducciones de los costes unitarios, lo cual, ...

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"La lucha contra la inflación debe verse facilitada por una actitud de moderación salarial. El Acuerdo Interconfederal tiene su límite superior ligeramente por encima de la tasa del 12% para la inflación prevista, y la media de los convenios firmados sitúa el incremento realizado en los primeros meses del año en un 11,65%, algo más que en 1982, pese a que la inflación se estima dos puntos menos. Debo advertir, desde esta tribuna, contra el riesgo de que, a causa de deslizamientos, se sobrepase el objetivo promedio del 12% sin compensarlo con otras reducciones de los costes unitarios, lo cual, o relanzaría la inflación anulando los esfuerzos hechos y las posibilidades futuras de competitividad, o deterioraría la situación de las empresas y, por tanto, las posibilidades de la inversión y del empleo".

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Tras la descripción de este marco general Boyer afirmó que el primer trimestre del año en la economía española ha sido en general poco favorable, como consecuencia de la atonía del comercio mundial y de su efecto desalentador sobre nuestras exportaciones, y de la debilidad del consumo privado. Las perspectivas para los próximos meses son algo mejores como consecuencia de la firma de los convenios colectivos, que animarán la demanda interna, y de la recuperación del comercio mundial.Destacó el ministro el logro alcanzado en la reducción de la inflación en el primer trimestre (1,5 puntos menos que en el mismo período del año anterior); pero añadió que tal descenso es insuficiente, ya que sigue aumentando el diferencial de precios con la mayoría de los países del Mercado Común, donde la reducción de la inflación ha sido más acusada que en España.

Respecto al desequilibrio de la balanza de pagos señaló que se partía de previsiones que cifraban el déficit corriente entre 2.500 y 3.000 millones de dólares, pero que la situación internacional obligaba a ser muy prudente en esta previsión. El comercio exterior se ha deteriorado, dijo en enero-febrero, pese a la reducción de importaciones respecto al nivel muy alto de noviembre-diciembre, debido al fuerte descenso de las exportaciones en dólares (1.295 y 1.400 millones de dólares en enero-febrero frente a 1.900 y 2.200 millones en noviembre-diciembre).

Boyer afirmó que es pronto para que la devaluación haya dado todos sus efectos, "pero no puede desconocerse el hecho muy preocupante de que no se sale de la contracción del comercio mundial, que afecta especialmente al área latinoamericana y a algunos países como Italia, Francia y Gran Bretaña, con quienes nuestro comercio es muy importante". Como consecuencia, añadió, la balanza de caja exterior no ha registrado progresos en el primer trimestre, aunque hay signos más alentadores a partir de abril.

Política macroeconómica

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El ministro aseguró que el Gobierno no va a cometer ninguna imprudencia con la política de demanda y la política monetaria y financiera, que van a estar dirigidas a reducir los desequilibrios económicos globales. En política monetaria, reiteró el mantenimiento de la senda central del 13% en el crecimiento de las disponibilidades líquidas, senda que puede oscilar entre el 11% y el 15% en función de la evolución general de la economía. Actualmente la senda de crecimiento está algo por debajo del 13%, dado el fuerte incremento de otros activos líquidos (pagarés, cédulas hipotecarias) y la necesidad de hacer frente al deterioro registrado en la balanza de pagos en el primer trimestre.

Por lo que se refiere a política presupuestaria Boyer dijo que hay que hacer un gran esfuerzo para frenar la tendencia creciente del déficit, a través el mantenimiento de sus magnitudes absolutas. También se refirió a la necesidad de una cobertura financiera más ortodoxa del déficit mediante la financiación mayoritaria por vía de emisión de deuda.

Contención del déficit

En política económica exterior recordó el objetivo de reducir el déficit exterior hasta los 3.000 millones de dólares. La reducción del precio del crudo de petróleo y el ahorro en el uso de energía (política realista de precios) son factores que favorecen esta reducción. Pero hace falta un gran esfuerzo exportador, "que demanda una moderación importante: de nuestros costes y los avances de productividad necesarios para hacer más competitivos nuestros productos".

El ministro resumió su opinión sobre los presupuestos en la siguiente frase: "Los presupuestos que presenta el Gobierno suponen un esfuerzo -yo creo que muy duro y notable- por contener el déficit en su nivel relativo (es decir, en relación al Producto Interior Bruto), que ha venido mostrando una tendencia explosiva al crecimiento en años pasados, así como por financiarlo de una manera más razonable. Ese primer paso, es su virtud fundamental. La estructura interna de los ingresos es mucho más satisfactoria que en años anteriores. La del gasto refleja todavía demasiadas inercias y demasiadas tendencias disfuncionales del pasado. Es nuestro propósito el de irlas flexionando paulatinamente en un sentido más dinamizador y más eficaz".

Respecto al déficit inicial (1, 111 billones de pesetas) afirmó que sería financiado mediante emisiones de deuda del Estado amortizable por valor de 380.000 millones (240.000 millones en deuda interior y 140.000 millones en deuda exterior) y mediante deuda del Tesoro y recurso al Banco de España por valor de 731.200 millones de pesetas. Los rasgos característicos de esta financiación, dijo, son un importante incremento en la deuda del Estado amortizable (pasa de 250.000 millones en 1982 a 380.000 millones), y un aumento del límite de la deuda del Tesoro (pagarés) de 115.000 millones en el ejercicio pasado a 650.000 millones. Estos cambios buscan reducir de una forma muy importante el recurso del Tesoro al Banco de España. Dijo también que la deuda exterior prevista (140.000 millones) es plenamente asumible.

En cuanto al capítulo de ingresos del Estado, que ascienden en las previsiones a 3,4 billones, con aumento del 22,1% sobre 1982, y con un incremento de la presión fiscal de 0,94 puntos hasta el 15,3 1 % del Producto Interior Bruto, el ministro Boyer aseguró que el esfuerzo recaudatorio se basa más en la mejora de la gestión que en el aumento de los tipos nominales. Insistió asimismo en la progresividad de los retoques fiscales con en un aumento de los impuestos directos en relación con los indirectos.

Sobre el gasto del Estado, fijado en 4,51 billones de pesetas, con un incremento del 27,7% sobre 1982, destacó el ministro la menor participación de las operaciones corrientes en la estructura del gasto total en el presente ejercicio (se ha pasado del 74,9% al 73,9%). La explicación hay que buscarla en la menor importancia relativa de los gastos de personal. De las transferencias corrientes (1,66 billones), el 28,5% es la aportación a la Seguridad Social, el 15,9% transferencias a entes territoriales y el 14,2% la aportación del Estado al desempleo.

El ministro, finalmente, se refirió a la necesidad de abordar cambios estructurales en nuestra economía para estar preparados ante el impulso de la reactivación mundial que parece haberse iniciado ya en EE UU. En concreto, apuntó la necesidad de sustituir la normativa de retribuciones, proceder a una profunda reforma de la Seguridad Social (dando un mayor acceso a la iniciativa privada en determinadas prestaciones complementarias y extendiendo prestaciones básicas a todos los ciudadanos), reducción de los déficit de las empresas públicas y no aceptación de nuevas empresas en quiebra, así como una mejor selectividad y evaluación de las inversiones.

Boyer habló también de la planificación a medie, plazo, que debe incluir un plan de reforma (mercado de trabajo, reconversión industrial, agricultura, etcétera), para facilitar nuestro entronque con las economías europeas.

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