Otro 'feo' de Feo

La forma como Julio Feo ha intentado arreglar, en un primer momento, el feo que nos ha hecho a los catalanes resulta más que feo: feísimo. Más aún: un nuevo insulto.Ante las protestas que en toda Cataluña han levantado sus frases de menosprecio hacia nuestras instituciones, pronunciadas -según diversos testigos- en el acto de inauguración de la exposición antológica de Salvador Dalí en Madrid, el secretario general de la Presidencia del Gobierno no ha tenido más remedio que defenderse. Y entonces, en un principio, ha declarado que "no es cierto que yo atacase ni al presidente de la Generalitat...

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La forma como Julio Feo ha intentado arreglar, en un primer momento, el feo que nos ha hecho a los catalanes resulta más que feo: feísimo. Más aún: un nuevo insulto.Ante las protestas que en toda Cataluña han levantado sus frases de menosprecio hacia nuestras instituciones, pronunciadas -según diversos testigos- en el acto de inauguración de la exposición antológica de Salvador Dalí en Madrid, el secretario general de la Presidencia del Gobierno no ha tenido más remedio que defenderse. Y entonces, en un principio, ha declarado que "no es cierto que yo atacase ni al presidente de la Generalitat, ni a la bandera, ni a las instituciones autonómicas de Cataluña".

Pero Julio Feo no desmentía que pronunciara aquellas palabras que toda la Prensa ha publicado: "Otra vez ese banderín", "aquí, en Madrid, el presidente de la Generalitat no pinta nada" y "nos habéis marcado un gol, pero esto no volverá a suceder". ( ... )

¿Las dijo o no las dijo esas frases? Esto es lo que importa, y que en su primera reacción no pudo desmentir Julio Feo, hombre de confianza del presidente del Gobierno, Felipe González. Porque lo grave es que las pronunciara, como se asegura. Porque no son susceptibles de ninguna interpretación más que la que ellas mismas expresan con toda su claridad insultante.

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Pero tampoco Julio Feo ha tenido la nobleza ni la gallardía -eso que dicen que es tan madrileño- de pedir disculpas por lo que quizá se le escapó de su subconsciente en un momento de nerviosismo que la categoría de su cargo en todo caso le obligaba a reprimir.

19 de abril

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