El número de barcos españoles que faenará en aguas de la CEE durante 1983 disminuirá un 200

Un 20% menos de barcos españoles fanearán en aguas de altura de la Comunidad Económica Europea (CEE) a partir de noviembre, después de que España aceptara, sin remedio y en una posición de inferioridad, la equiparación del rendimiento de los palangreros al de los arrastreros. En el plan de pesca de la CEE para 1983, España verá una reducción simbólica de la cuota de merluza en altura, que pasa de 8.500 toneladas a 8.300 toneladas. En el resto, la posición española ha conseguido mantenerse, como se preveía, con alguna ventaja parcial.

El acuerdo técnico previsible fue conseguido poco ant...

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Un 20% menos de barcos españoles fanearán en aguas de altura de la Comunidad Económica Europea (CEE) a partir de noviembre, después de que España aceptara, sin remedio y en una posición de inferioridad, la equiparación del rendimiento de los palangreros al de los arrastreros. En el plan de pesca de la CEE para 1983, España verá una reducción simbólica de la cuota de merluza en altura, que pasa de 8.500 toneladas a 8.300 toneladas. En el resto, la posición española ha conseguido mantenerse, como se preveía, con alguna ventaja parcial.

El acuerdo técnico previsible fue conseguido poco antes de la medianoche del martes. Falta formalizarlo, pues España quiere aclarar algunos puntos generales sobre la aplicación de los reglamentos de la Europa azul, especialmente el acceso español a la zona costera francesa de doce millas. Pero, para no interrumpir la pesca -pues la actual prórroga expira el 31 de marzo-, España ha decidido poner en marcha los, dispositivos para la elaboración de las nuevas licencias.Desde noviembre, en la concesión de licencias los palangreros españoles equivaldrán a los arras treros,, cuando la relación había sido hasta ahora de tres a uno. España ha logrado, sin embargo, un período transitorio de aquí a octubre (la CEE quería limitarlo a julio) durante el cual el coeficiente aplicado será de 0,45. A partir de noviembre fanerarán a la vez quince palangreros, cuando en el pasado eran 45. Era inevitable, dada la inferioridad de España en esta ardua negociación.

Cuota de merluza

Sobre el papel, no es un desastre. Pero el problema es el de la trampa -o falta de disciplina- de buen número de pescadores españoles que sobrepasan sus cuotas de pesca. Con menos palanGreros, menos trampas. Esta es una realidad que, sin embargo, no se puede discutir en la mesa de negociación, pero cuyas consecuencias se dejarán sentir a largo plazo. La CEE ha conseguido lo que quería.

El número de licencias teóricas para la pesca de la merluza en altura -la pesca para la CEE- ha pasado de 114 en 1982 a 111 en 1983 (123 en realidad, dado que hay que concentrar lo perdido durante las prórrogas). La reducción no parece significativa, salvo en el contexto del acuerdo sobre los palangreros. Y en los últimos tiempos muchos arrastreros han sido transformados.

La reducción de la cuota de merluza ha sido simbólica, y algo inferior a lo que pedía la Comisión Europea, pero no por ello España ha conseguido evitar que se aplique el principio de la regresividad de la pesca española en aguas comunitarias.

"Es un problema de moral entre diferentes categorías de pescadores", comentó el director general de Pesca de la Comisión Europea, Raymond Simonet, refiriéndose a la crisis que también padece en este sector la CEE. España pescó 15.500 toneladas de merluza en 1979; 8.300 toneladas en altura en 1983. España ha logrado, sin embargo, que aumente el coeficiente de pesca derivada en la zona seis (noroeste de Escocia), que pasa de 2:1 a 2,5: 1, rompiendo así un principio sacrosanto en la Comunidad.

No hay perspectivas a largo plazo. La Comisión ha preparado un documento sobre la. aplicación de la Europa azul a España y Portugal, tras su ingreso en la CEE. El documento comunitario de negociación está en marcha, pero, como dijo Raymond Simonet, en un tono condescendiente: "Yo no sé en España, pero aquí el día tiene veinticuatro horas".

Simonet recordó a los periodistas españoles que unos mil barcos españoles habían faenado en 1982 en aguas comunitarias. La cifra recíproca se puede contar con los dedos de la mano. Esta es la triste realidad. Simonet se olvidó de decir que en 1976 el comercio pesquero hispano-comunitario fue favorable en 37.000 toneladas para España. En 198:2 la situación se había invertido, con 60.000 toneladas a favor de la CEE.

Simonet habló de las "trampas", de los dobles fondos y de las tablas de clavos que utilizan algunos barcos españoles para impedir que les aborden los patrulleros. El problema sigue siendo la duda sobre el acceso español a las zonas costeras de las doce millas de ancho. Este tema lo planteó ayer Portugal en una sesión de negociación a nivel ministerial que concluyó sin acuerdos.

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