Cartas al director

Contra la pretensión de los MIR

Las argumentaciones demagógicas y las tomas de postura dé conflicto como medio de presión son recursos socorridos cuando se carece de argumentos sólidos con que defender una causa. Ni uno solo de los argumentos que escriben los médicos internos y residentes en contra de la realización de exámenes para recibir el título de especialistas médicos son argumentos de razón.En nuestro país no ha existido hasta ahora ningún control efectivo acerca del procedimiento de concesión de títulos de especialista médico, y debe recordarse que la concesión de un título por parte del Estado significa dar crédito...

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Las argumentaciones demagógicas y las tomas de postura dé conflicto como medio de presión son recursos socorridos cuando se carece de argumentos sólidos con que defender una causa. Ni uno solo de los argumentos que escriben los médicos internos y residentes en contra de la realización de exámenes para recibir el título de especialistas médicos son argumentos de razón.En nuestro país no ha existido hasta ahora ningún control efectivo acerca del procedimiento de concesión de títulos de especialista médico, y debe recordarse que la concesión de un título por parte del Estado significa dar crédito de que el titular tiene unos conocimientos que le acreditan ante la ciudadanía como capaz de proporcionar unos servicios profesionales de calidad. No puede, por tanto, el Estado continuar dando títulos sin ningún tipo de control, pues ello supone la indefensión del ciudadano.

Es perfectamente comprensible que los médicos que finalizan su período de residencia traten de evitar someterse a una prueba de evaluación y que con este fin no duden en tratar de descalificar todo el esfuerzo que se ha realizado para mejorar la formación posgraduada y establecer un sistema lógico de titulaciones. Es más cómodo no tener que esforzarse que tener que demostrar que se tienen unos conocimientos. Se quieren títulosl pero no se acepta tener que demostrar que se merecen. Todo lo anterior es comprensible, pero lo que es absolutamente inconcebible es que el Estado pueda prestar oído a semejante pretensión, pero, desgraciadamente, no sería la primera vez que aquí se regalen títulos poco menos que graciosamente. Esperemos que se note el cambio y esta vez el Estado no haga dejación, no ya de su derecho, sino de su obligación frente a los ciudadanos de asegurarse que cada título que otorga es porque se ha ganado. La garantía de salud de los ciudadanos así lo exige en lo que concierne a los títulos de especialidad en medicina. Es simplemente hacer lo mismo que se hace en cualquier otro país con titulaciones homologables. /

presidente de la Comisión Nacional de Hematología. Clínica Puerta de Hierro.

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