Polémica en Italia por la censura de 'Querelle', filme póstumo del cineasta alemán Fassbinder

Una polémica que ya amenaza con ser escándalo para los círculos culturales comenzó en Italia con la declaración pomposa de la comisión de vigilancia cinematográfica contra Querelle, obra póstuma del alemán Rainer Werner Fassbinder, recientemente fallecido. Querelle se proyectó en el Festival de Venecia el pasado septiembre, donde, aparte de dividir a la crítica, fascinó a todos.

Ahora sobre Fassbinder y su testamento cinematográfico pesa la amenaza del silencio, porque la comisión de censura señaló que si no se suprimen dos secuencias, la película no será proyectada en Italia...

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Una polémica que ya amenaza con ser escándalo para los círculos culturales comenzó en Italia con la declaración pomposa de la comisión de vigilancia cinematográfica contra Querelle, obra póstuma del alemán Rainer Werner Fassbinder, recientemente fallecido. Querelle se proyectó en el Festival de Venecia el pasado septiembre, donde, aparte de dividir a la crítica, fascinó a todos.

Ahora sobre Fassbinder y su testamento cinematográfico pesa la amenaza del silencio, porque la comisión de censura señaló que si no se suprimen dos secuencias, la película no será proyectada en Italia.Renzo Rosselini, representante de la productora Gaumont, que adquirió los derechos de distribución de Querelle en Italia, ha señalado que sólo el autor podría retocar su obra. "Como distribuidora no tenemos ningún derecho a manipular ni el contenido ni el montaje".

Con estas palabras, la Gaumont se declaró totalmente contraria a cortar la película, en concreto dos secuencias sobre actos sexuales considerados como sevicia por la comisión censora.

La comisión, presidida por Eduardo Greco, señaló que los significados simbólicos perseguidos por Fassbinder no están lo suficientemente explicitados como para crear un universo simbólico estéticamente válido.

Además, "nos encontramos frente a materiales atinentes a la esfera de la sexualidad", dice la censura, "representados de forma claramente naturalista", en una narración donde numerosos actos sexuales son episádicos.

En fin, que para los efectos de contar la historia Fassbinder no tenía, a juicio de la censura italiana, por qué mostrar al público de un modo tan claro a qué nivel de sadomasoquismo llegaba el marinero Querelle, deseado por hombres y mujeres y destructor de todos.

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