Trueba ensaya el cine 'salvaje' en su último filme

El cineasta Fernando Trueba, de 27 años, autor de Opera prima (1980), productor y coguionista de A contratiempo, de Oscar Ladoire, estrena hoy en Madrid su segundo largometraje, Mientras el cuerpo aguante, "una película absolutamente salvaje donde el lenguaje es fundamental, ya que nada está hecho en función de la puesta en escena".El director añade que es "un ejercicio de pureza narrativa" trasladar a las imágenes su encuentro con el músico y poeta Chicho Sánchez Ferlosio, en un filme que no se puede considerar de ficción ni documental.

"El personaje de Chicho me f...

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El cineasta Fernando Trueba, de 27 años, autor de Opera prima (1980), productor y coguionista de A contratiempo, de Oscar Ladoire, estrena hoy en Madrid su segundo largometraje, Mientras el cuerpo aguante, "una película absolutamente salvaje donde el lenguaje es fundamental, ya que nada está hecho en función de la puesta en escena".El director añade que es "un ejercicio de pureza narrativa" trasladar a las imágenes su encuentro con el músico y poeta Chicho Sánchez Ferlosio, en un filme que no se puede considerar de ficción ni documental.

"El personaje de Chicho me fascina, por su pureza radical, su actitud ante la vida, su lógica aplastante o su interés por el lenguaje. Apenas le conocía antes de la película y el interés del rodaje se centraba en establecer, sin prejuicios, una relación delante de la cámara". Trueba rodó diez horas, sin repetir una toma, para dejar en el montaje una película "no evidente" sobre el Chicho cantante, su biografía o canciones, a través del género histórico o documental.

"Para hacer la película", dice el director, "nunca se escribió un guión; está realizada en presente, las cosas ocurrían en el momento del rodaje. Es una forma de suicidio de puesta en escena, de escribir con la cámara, pero sin retórica ni literatura en el sentido cinematográfico".

Califica la experiencia de maravillosa. "He podido hacer una cosa que raramente se pueda repetir. Rodar en presente, que la película surja en el mismo momento del trabajo. De cara al público, es una película clara y directa, con mucho humor. Me gusta que haya provocado polémica y discusión, de una forma apasionada, sobre el propio personaje, los motivos de la película y su lenguaje".

El director concede que sea una película atípica, sin relación con el cine documental o de psicodrama, aunque participa de algunos elementos didácticos. "No hay ningún tipo de reflexión sobre el cine. El hecho de que aparezca en pantalla los miembros del equipo y el propio rodaje es parte de esta relación abierta de Chicho con todo el equipo. En el montaje he intentado suprimir la mayoría de las cosas donde aparece el rodaje, pero sin escamotearlo totalmente, para presentar una película sin trampas ni interferencias culturales. Creo que la película va a funcionar bien, sobre todo en la generación posterior a la mía".

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