Falleció el tenor italiano Mario del Monaco

A consecuencia de un infarto de miocardio falleció ayer por la tarde en Venecia el famoso tenor italiano Mario del Monaco, cuando contaba 67 años de edad. Mario del Monaco padecía una afección renal hace siete años, que le obligaba a un tratamiento de diálisis, que hacía a domicilio, y a frecuentes visitas de control en el hospital de Mestre, donde estaba hospitalizado cuando murió.Retirado hace diez años de la escena, Mario del Monaco se dedicaba a la enseñanza del canto. El tenor que ha sido la encarnación del bel canto para la generación de posguerra, unía, según todos los aficionado...

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A consecuencia de un infarto de miocardio falleció ayer por la tarde en Venecia el famoso tenor italiano Mario del Monaco, cuando contaba 67 años de edad. Mario del Monaco padecía una afección renal hace siete años, que le obligaba a un tratamiento de diálisis, que hacía a domicilio, y a frecuentes visitas de control en el hospital de Mestre, donde estaba hospitalizado cuando murió.Retirado hace diez años de la escena, Mario del Monaco se dedicaba a la enseñanza del canto. El tenor que ha sido la encarnación del bel canto para la generación de posguerra, unía, según todos los aficionados a la ópera, la belleza y calidad de la voz a la sabiduría de actor.

Nacido en Florencia el 27 de julio de 1915, Mario del Monaco fue un cantor autodidacta, que estudió música solo, para después perfeccionarse en el conservatorio de Pessaro entre 1934 y 1937. En 1941 debutó en la Scala de Milán, el templo de la ópera del mundo, con Madame Butterfly, que resultó un éxito clamoroso, y el principio de una carrera que debía culminar en su interpretación del Otelo de Verdi. Según la agencia France Press, "unió en una admiración común, por la calidad de su voz y por su capacidad interpretativa, a la crítica y al gran público".

Casado con la soprano Rina Fedora Filippini, también retirada de la escena, y padre de dos hijos, Claudio y Giancarlo, este último director del Teatro de Kassel, ha dedicado los años de su retiro, desde 1973, a su segunda pasión, la pintura, que cultivaba desde la juventud en Pessaro, cuando, al tiempo que al conservatorio, acudió a la Escuela de Bellas Artes, donde se diplomó.

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