Los tipos de análisis explican el 'caso de los cacahuetes'

El porcentaje de afiatoxina detectado por las autoridades sanitarias portuguesas en la partida de cacahuetes reexportada posteriormente a España puede estar por debajo de los niveles de percepción del análisis realizado a una muestra de este producto llevado a cabo en la tarde del lunes por el laboratorio de la Dirección Provincial de Agricultura de La Corufla, según fuentes de este organismo.Ello querría decir que las 850 partes por billón detectadas en los cacahuetes por los análisis portugueses -por las que la mercancía fue declarada no apta para el consumo- no fueron encontradas en el exam...

El porcentaje de afiatoxina detectado por las autoridades sanitarias portuguesas en la partida de cacahuetes reexportada posteriormente a España puede estar por debajo de los niveles de percepción del análisis realizado a una muestra de este producto llevado a cabo en la tarde del lunes por el laboratorio de la Dirección Provincial de Agricultura de La Corufla, según fuentes de este organismo.Ello querría decir que las 850 partes por billón detectadas en los cacahuetes por los análisis portugueses -por las que la mercancía fue declarada no apta para el consumo- no fueron encontradas en el examen del laboratorio coruñés, y esta sería la razón por la que los mismos cacahuetes fueran rechazados en el país vecinos y admitidos en España.

Los análisis que realiza el laboratorio de la Dirección provincial de Agricultura, Pesca y Alimentación de La Coruña "no son cuantitativos, como los portugueses, sino cualitativos", esto es, no permiten saber directamente el grado de toxinas que porta la muestra, aunque sí indirectamente, sino si ésta se ve o no afectada por los cuatro patrones de afiatoxinas básicas y perjudiciales para el organismo humano.

"Perfectamente comestibles"

El procedimiento consiste en inyectar a la muestra una solución de aflatoxinas, es decir, de infectarla a la fuerza, y observar la reacción. Al parecer, el porcentaje de afiatoxina insertada oscila entre 1.000 y 10.000 partes por billón. En el primer caso el análisis resultaría muy similar al efectuado en Portugal. En el segundo, los índices de tolerancia utilizados por las autoridades sanitarias españolas serían menos rigurosos que los del Instituto de Calidad Alimentaria de Lisboa, y ello explicaría la diferencia de criterio respecto a la toxicidad de los cacahuetes. "En cualquer caso, los cacahuetes son perfectamente comestibles", afirmó un miembro del laboratorio coruñés, "y los límites de detección de nuestro análisis son suficientes".