Larga 'invitación'

La detención de Miguel Ríos en la comisaría de Oviedo desde la noche del martes hasta media mañana de ayer ha sido considerada como claramente abusiva por los medios jurídicos asturianos consultados por EL PAIS. Es preciso advertir a la hora de valorar las responsabilidades que el propio Ríos tuvo palabras de comprensión para los funcionarios de la Policía que le invitaron a pasar por la Jefatura Superior de Policía y para quienes le atendieron allí.Fuentes policiales aseguraron que la detención se produjo como supuesto responsable de las alteraciones de orden público registradas en Ovi...

La detención de Miguel Ríos en la comisaría de Oviedo desde la noche del martes hasta media mañana de ayer ha sido considerada como claramente abusiva por los medios jurídicos asturianos consultados por EL PAIS. Es preciso advertir a la hora de valorar las responsabilidades que el propio Ríos tuvo palabras de comprensión para los funcionarios de la Policía que le invitaron a pasar por la Jefatura Superior de Policía y para quienes le atendieron allí.Fuentes policiales aseguraron que la detención se produjo como supuesto responsable de las alteraciones de orden público registradas en Oviedo.

Ciertamente, había sorprendido que fuera conducido a comisaría por una demanda de incumplimiento de contrato, puesto que, en ese caso, se trataría de un problema de responsabilidad civil.

Lo normal, agregan los medios jurídicos consultados, es que haya un juez de guardia permanentemente para atender casos nocturnos como el protagonizado por Miguel Ríos, pero lo cierto es que su inexistencia obliga a mantener a los detenidos durante la noche en comisaría para que declaren ante el juez a la mañana siguiente. Aun así, los mismos medios estiman que la retención o detención de Miguel Ríos se alargó en exceso durante varias horas de la mañana. La coincidencia de estas circunstancias, que impidieron -el cantante no tenía voz después de pasar dieciocho horas sin dormir- su actuación de ayer en Logroño, podría tener como trastienda un intento político de perjudicarle, concluyen los juristas.