La Mafia siciliana se atribuye la responsabilidad del asesinato del general Dalla Chiesa y su esposa

Toda Italia manifestó ayer su repulsa por el asesinato del general Carlo Alberto dalla Chiesa y su esposa, perpetrado en la noche del viernes en Palermo y que la Mafia se adjudicó en llamada telefónica a un diario siciliano. Durante los funerales, celebrados ayer, el cardenal Salvatore Pappalardo, arzobispo de Palermo, criticó duramente las insuficientes medidas que hasta ahora se han adoptado contra la Mafia, mientras el Gobierno se prepara a celebrar hoy un Consejo de Ministros extraordinario para proponer al Parlamento que decrete nuevas leyes que pongan fin al desafío de las organizaciones...

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Toda Italia manifestó ayer su repulsa por el asesinato del general Carlo Alberto dalla Chiesa y su esposa, perpetrado en la noche del viernes en Palermo y que la Mafia se adjudicó en llamada telefónica a un diario siciliano. Durante los funerales, celebrados ayer, el cardenal Salvatore Pappalardo, arzobispo de Palermo, criticó duramente las insuficientes medidas que hasta ahora se han adoptado contra la Mafia, mientras el Gobierno se prepara a celebrar hoy un Consejo de Ministros extraordinario para proponer al Parlamento que decrete nuevas leyes que pongan fin al desafío de las organizaciones mafiosas.

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Las condiciones en que se llevó a cabo el atentado contra el general Dalla Chiesa, prefecto de Palermo encargado de la lucha contra la Mafia, y su esposa no están aún muy claras. El general, de 62 años, regresaba a su residencia de Villa Paiano, en Palermo, en el automóvil de su esposa, la enfermera de la Cruz Roja Emanuela Setti Carrano, de 32 años, cuando fue sorprendido por los autores del atentado, que circulaban en tres coches y disponían tal vez de dos motocicletas de gran cilindrada.Al llegar a la altura en que se encontraba el vehículo del general, conducido por su esposa, abrieron un fuego cruzado que originó la muerte instantánea de Carlo Alberto dalla Chiesa y de su mujer, al mismo tiempo que dejaba en gravísimo estado al conductor del coche de escolta del general, el policía Domenico Russo, que actualmente se encuentra clínicamente muerto. Los autores del asesinato consiguieron huir y horas después se encontraron, incendiados, dos de los automóviles que habían utilizado durante el atentado.

Tras una primera reivindicación del doble asesinato por parte del Partido de la Guerrilla italiano, ayer, un desconocido que hablaba con fuerte acento palermitano telefoneó al diario La Sicilia diciendo: "La operación Carlo Alberto dalla Chiesa ha concluido". Esta forma de reivindicar un asesinato, típica de la Mafia, ha sido considerada mucho más creíble por los investigadores que la efectuada pocas horas después del atentado por el Partido de la Guerrilla.

Durante los funerales por las dos víctimas, el cardenal arzobispo de Palermo, Salvatore Papipalardo, criticó duramente las medidas del Gobierno italiano contra la Mafia. Ante las autoridades que asistían a la ceremonia, presidida por Sandro Pertini, jefe del Estado, y por el presidente del Gobierno, Giovanni Spadolini, Pappalardo dijo durante la homilía que "mientras en Roma se discute, Sagunto es tomada. Hoy Sagunto es Palermo, nuestra pobre Palermo", y se pronunció contra las "medidas y decisiones, lentas e inciertas de quienes deben proveer a la seguridad de los simples ciudadanos, de los funcionarios y de las autoridades del Estado".

A la salida de la catedral de Palermo, concluido el funeral, una multitud de jóvenes gritaron eslóganes que reclamaban la restauración de la pena de muerte en Italia.

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Por su parte, el Gobierno ha decidido celebrar hoy un Consejo de Ministros para disponer algunas medidas urgentes contra la Mafia. Las comisiones de Justicia y de Interior del Parlamento tratarán con urgencia la propuesta de nuevas leyes para la represión de la Mafia, en parte presentadas el año pasado por el diputado comunista Pio La Torre, asesinado por las organizaciones mafiosas en el pasado mes de mayo.

Nuevas leyes

El proyecto , que consta de 37 artículos, prevé la creación del delito de asociación niafiosa como figura penal, agravado en caso de que la asociación esté armada. Se confiscarán también los bienes de los detenidos por este delito y serán equiparadas a asociaciones mafiosas las que utilicen la intimidación como sistema de lucro.

Con respecto a estas medidas, ayer se supo que Dalla Chiesa había conversado el día anterior a su asesinato con el ministro de Finanzas italiano, Rino Formica, para estudiar un informe que había presentado sobre las investigaciones llevadas a cabo contra 3.200 presuntos mafiosos. El informe se centraba en el estudio de los títulos de propiedad de 2.000 empresas y sociedades en poder de la Mafia. Formica declaró ayer que el asesinato de Dalla Chiesa es la respuesta de la Mafia a la primera ofensiva seria contra ella desencadenada por el Estado, ya que el Gobierno había hecho caso omiso de su advertencia: "Que Roma no se ocupe de nosotros".

La Prensa italiana consideraba unánimemente ayer que el atentado constituye el desafío más violento que ha sido lanzado contra el Estado de su país tras el secuestro y el asesinato en 1978 por parte de las Brigadas Rojas del presidente de la Democracia Cristiana, Aldo Moro. A raíz de este crimen, Dalla Chiesa fue nombrado precisamente jefe de los servicios italianos contra el terrorismo.

Sandro Pertini declaró ayer que, tras el atentado, "la provocación al Estado democrático alcanza niveles intolerables", mientras Spadolini afirmó: "Recogeremos el desafío y demostraremos que la democracia es más fuerte que cualquier organización criminal". Ayer, sin embargo, era asesinado en Calabria Giovanni Coppola, hijo de uno de los más conocidos jefes mafiosos.

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