El contraespionaje francés había escondido al escritor rumano dado por desaparecido

Un escándalo de espionaje, con ramificaciones diplomáticas, acaba de saltar a la calle y a los medios de información franceses. En el cóctel hay dos escritores disidentes rumanos, una policía política (la rumana), un servicio de contraespionaje (el francés), dos simulaciones de asesinato y un presidente (François Mitterrand).

Ahora resulta, según el escritor disidente de origen rumano, nacionalizado francés, Virgil Tanase, que su desaparición el pasado 20 de mayo, atribuida durante mucho tiempo a la Securitate, la policía política del presidente Nicolae Ceaucescu, fue en realidad una ...

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Un escándalo de espionaje, con ramificaciones diplomáticas, acaba de saltar a la calle y a los medios de información franceses. En el cóctel hay dos escritores disidentes rumanos, una policía política (la rumana), un servicio de contraespionaje (el francés), dos simulaciones de asesinato y un presidente (François Mitterrand).

Ahora resulta, según el escritor disidente de origen rumano, nacionalizado francés, Virgil Tanase, que su desaparición el pasado 20 de mayo, atribuida durante mucho tiempo a la Securitate, la policía política del presidente Nicolae Ceaucescu, fue en realidad una puesta en cuarentena destinada a asestar un duro golpe a los servicios secretos rumanos, operación jamesbondiana en la que jugó un importante papel el presidente Mitterrand.El asunto Tanase, que provocó el aplazamiento de la visita a Rumanía de Mitterrand, se ha mostrado como un sensacional asunto de espionaje, en cuyo centro se encuentra uno de los principales jefes de la Securitate, que ha decidido pasarse al Cieste, el Señor Z. Este agente compareció ayer junto con el escritor en una conferencia de Prensa para dar detalles de la operacion.

El ahora autodenominado Señor Z viajó a Francia para asesinar a dos escritores disidentes rumanos, en una misión que le fue presentada como una orden personal de Ceaucescu. Sus dos objetivos eran Paul Goma, de 47 años, autor de un libro de denuncia de los campos de reeducación rumanos, y Virgil Tanase, de 37 años, quien en enero publicó en el mensual Actuel un mordaz artículo, titulado "Su Majestad Ceaucescu I, rey comunista", en el que atacaba a la dinastía Ceaucescu y acusaba al jefe del Estado rumano de corrupción y nepotismo. El agente de la Securitate, a su llegada a la capital francesa, el pasado mes de abril, se puso en contacto con la Dirección de Vigilancia del Territorio (DST), donde manifestó su intención de quedarse en Francia, por lo que se acordó preparar una puesta en escena para confundir a los servicios secretos rumanos.

Z ya conocía Francía, donde había sido enviado hace ocho años en una misión de información de caracter científico y económico. En aquella época logró alcanzar un puesto de responsabilidad en la industria nuclear francesa.

Doble coartada

El caso es que el rumano y los franceses se pusieron de acuerdo para hacer creer a Bucaret que el agente cumplía escrupulosamente la misión que se le había encomendado, lo que daría tiempo al Señor Z para organizar la salida a Francia de su hermano y su madre.Según la declaración realizada en la sede de Actuel, donde se celebró la conferencia de Prensa conjunta del ex desaparecido y de su asesino, se prepara una rocambolesca coartada. La primera fase consiste en hacer fracasar un intento de envenenamiento de Paul Goma, simulado de tal forma que pareciera que el Señor Z no tuvo fortuna a la hora de rematar su mortal misión. Durante una recepción, el agente rumano echó en el vaso de Goma un veneno destinado a provocar un ataque al corazón. Antes de que el disidente lo bebiera, un policía francés chocó bruscamente con él para provocar la caída del vaso.

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La segunda etapa contempla la desaparición de Tanase, quien, según los planes de la Securitate, debía ser secuestrado y ejecutado por delincuentes franceses reclutados por su agente. El escritor fue efectivamente secuestrado, pero los delincuentes eran hombres de la DST que le ocultaron en un discreto hotel de Bretaña para hacer creer a Bucarest que Z había cumplido su misión.

El agente doble viajó entonces a Rumanía, donde procedió a organizar discretamente la salida de los miembros de su familia, antes de volver también él a París y con ello poner fin al caso Tanase. Lo que ha ocurrido es que el diario Le Matin dio ayer una amplia información sobre la operación, obligando a sus principales actores a convocar la cita con la Prensa. Esta revelación intempestiva, según el Señor Z, ha impedido la salida de su madre, por la que ahora teme que "sea víctima de un accidente" en Rumanía.

El papel del presidente

Esta rocambolesca operación tiene una segunda vertiente, la diplomática, en la que está implicado el propio Mitterrand, pues, según Tanase, el presidente francés supervisó la operación. Al parecer, Mitterrand conocía todos los detalles del caso desde el 9 de abril, lo mismo que Gaston Defferre, ministro del Interior, y que el juez encargado de instruir lo que desde el primer momento fue presentado como un secuestro efetuado por la Securitate. Todos ellos estaban al corriente de la operación y de las intenciones de quedarse en Francia del agente encargado de eliminar a los dos disidentes.El presidente francés comentó el caso el pasado 9 de junio, durante una conferencia de Prensa. Entonces Mitterrand declaró que "si se demuestra la hipótesis trágica de que Tanase ha desaparecido para no reaparecer, quedaría gravemente dañada la naturaleza de las relaciones entre Rumania y Francia". A finales de julio, se aplazó sin fecha determinada el viaje oficial del presidente galo, previsto para este mes.

Por el momento no ha habido ninguna reacción oficial rumana a esta declaración y sólo la Embajada comentó la versión de Le Matin. La representación diplomática de Bucarest se limitó ayer a señalar que ya el 10 de junio, tras las manifestaciones de Mitterrand, había desmentido categóricamente estar implicada en el caso Tanase.

El vespertino Le Monde editorializaba ayer sobre este suceso. "El malestar debe ser inmenso en Bucarest, aunque se puede confiar en la cara dura y en la fértil imaginación de Ceaucescu para que nos proponga pronto una rocambolesca explicación sobre el caso Tanase. No cabe la menor duda, sin embargo" escribía el vespertino, "que el falso secuestro del escritor rumano habrá permitido demostrar sin sombra de duda a qué métodos gansteriles han recurrido algunos regímenes para hacer callar a sus ciudadanos o ex ciudadanos que osan descorrer el velo de respetabilidad con el que se cubren".

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