Leo Ferré desafía a los 'rockeros' en el festival mediterráneo de Valencia

El cantante francés Leo Ferré tuvo que desafiar a los rockeros que asistían a la fiesta de clausura del I Festival de la Juventud del Mediterráneo, para apaciguar sus pitidos y dejar que otro sector del público, seguidor de su chanson, pudiera escuchar su actuación con atención. Esta era la segunda intervención de Ferré en España, en más de cuarenta años de una trayectoria profesional sólo comparable con los ya desaparecidos George Brassens y Jacques Brel.

Leo Ferré inició su actuación en la plaza de toros de Valencia después de que María del Mar Bonet dejara al públic...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El cantante francés Leo Ferré tuvo que desafiar a los rockeros que asistían a la fiesta de clausura del I Festival de la Juventud del Mediterráneo, para apaciguar sus pitidos y dejar que otro sector del público, seguidor de su chanson, pudiera escuchar su actuación con atención. Esta era la segunda intervención de Ferré en España, en más de cuarenta años de una trayectoria profesional sólo comparable con los ya desaparecidos George Brassens y Jacques Brel.

Leo Ferré inició su actuación en la plaza de toros de Valencia después de que María del Mar Bonet dejara al público caldeado por su voz infinita y folklore mediterráneo. Pero el escaso criterio de los organizadores del festival situó la actuación del cantante francés antes de un conjunto rockero y después de una interminable actuación de grupos folklóricos de las delegaciones participantes en el festival.

Un sector del público, que llevaba cinco horas participando en la fiesta, no tuvo ningún pudor en recibir con pitidos y muestras de desagrado al mayor testigo de la canción francesa contemporánea, para reclamar la actuación del grupo rockero.

Ferré, al captar la dificultad que encontraba para conectar con el público más joven, interrumpió su actuación con un corte de mangas y poniendo cuernos a los provocadores. Luego recomendó a los rockeros que para escuchar su música se fueran a América, y consideró concluido el incidente arremetiendo con unos compases creados para un poema de Charles Baudelaire. Ferré siguió su recital previsto, pese a que los pitidos se repetían cíclicamente, y regaló a sus seguidores Les anarchistes, como canción fuera de programa. Horas antes de su presencia en el escenario, Ferré había manifestado a este corresponsal que "el rock es el fin del mundo".

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Archivado En