Crítica:

Nuestra educación sentimental

El cine de buenos y malos proliferó en los años cincuenta condicionado, sin duda, por el esquematismo ideológico del fascista senador McCarthy. La lucha entre buenos y malos permitía al espectador identificarse con los héroes positivos; siempre vencía, así, a su particular enemigo, siempre encontraba alguna forma de reconfortarse por poco dinero.Lo curioso de alguna de esas películas_es que se eligiera como ejemplo del mal a un dictador sin escrúpulos que ocupa ¡legítimamente el trono hasta que el pueblo, "borracho de ira y de odio", se revuelva contra él. ¿A quién podía relacionarse con el ex...

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El cine de buenos y malos proliferó en los años cincuenta condicionado, sin duda, por el esquematismo ideológico del fascista senador McCarthy. La lucha entre buenos y malos permitía al espectador identificarse con los héroes positivos; siempre vencía, así, a su particular enemigo, siempre encontraba alguna forma de reconfortarse por poco dinero.Lo curioso de alguna de esas películas_es que se eligiera como ejemplo del mal a un dictador sin escrúpulos que ocupa ¡legítimamente el trono hasta que el pueblo, "borracho de ira y de odio", se revuelva contra él. ¿A quién podía relacionarse con el exiliado Ricardo Corazón de León, símbolo cinematográfico de la justicia? ¿Qué mecanismo inconsciente intuyeron los guionistas para transformar ese capítulo de la historia en una continua fuente de inspiración? ¿Cómo se entendía ese juego dramático en la España de Franco? Ivanhoe (1952) ofrece con claridad esta mezcla de identificaciones en la que no falta una. curiosa presencia de la comunidad judía, cuyo auténtico papel histórico en la resistencia contra el usurpador Juan sin Tierra interesaba menos a los guionistas norteamericanos que su, oportunista reivindicación tras el holocausto de la segunda guerra mundial.

Ivanhoe

Director: Richard Thorpe. Guión: Noel Langley, sobre la novela de Walter Scott Música: Miklos Rozsa Intérpretes: Robert Taylor, Elizabeth Taylor, Joan Fontaine, George Sanders, Emilyn Williams. Norteamericana. 1952. Aventuras. Locales de estreno: Carlos III, Princesa y Wbdsor B.

Documento sociológico

Incapaces ahora los espectadores de no sonreír ante la ingenuidad de Ivanhoe, una lectura de sus posibles significados coyunturales transforma la película en un documento sociológico.La sonrisa va unida en este caso a una cierta admiración. La sencillez narrativa de Richard Thorpe y su concepto del cine como espectáculo no son valores despreciables. Los intentos de algunas películas actuales por recuperar aquella inocencia son ya inútiles: es necesaria la ironía o la explotación de la violencia, términos que Ivanhoe niega al dar una versión edulcorada de la Edad Media.

En este sentido, los estudios de Hollywood nos mintió a todos, ofreciéndonos un manipulado escaparate de la realidad. Los niños de entonces tuvieron que sufrir una penosa transformación para adquirir un mínimo contacto con ella; los de hoy, que tienen otras,formas de atontamiento, tendrán que recorrer idéntico camino.

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