Más de 3.500 trabajadores de color sufren una 'esclavitud solapada' en algunas zonas de Cataluña

Al menos 6.500 trabajadores agrícolas de la comarca del Maresme, situada al norte de Barcelona, se hallan contratados ilegalmente, según se desprende de un estudio recientemente realizado por la central sindical UGT. Los mismos datos señalan que en la zona costera de la citada comarca, especialmente en las localidades de Mataró y Arenys de Mar, residen más de 3.500 trabajadores de color, cuyas condiciones de empleo y de vida reflejan una "esclavitud solapada".Los trabajadores africanos ocupados en el campo del Maresme, procedentes en su mayor parte de Gambia, son transportados especialmente de...

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Al menos 6.500 trabajadores agrícolas de la comarca del Maresme, situada al norte de Barcelona, se hallan contratados ilegalmente, según se desprende de un estudio recientemente realizado por la central sindical UGT. Los mismos datos señalan que en la zona costera de la citada comarca, especialmente en las localidades de Mataró y Arenys de Mar, residen más de 3.500 trabajadores de color, cuyas condiciones de empleo y de vida reflejan una "esclavitud solapada".Los trabajadores africanos ocupados en el campo del Maresme, procedentes en su mayor parte de Gambia, son transportados especialmente desde sus pueblos de origen con la promesa de un contrato de trabajo. Este mercado negro de trabajo, según afirma el citado informe, al que se suman los trabajadores en paro o jubilados, produce la sustitución de empleados fijos del campo por trabajadores clandestinos. Una jornada mínima de diez horas diarias y un salario de apenas cien pesetas por hora de trabajo constituyen las condiciones normales de empleo de los inmigrantes de color, quienes en la mayoría de los casos residen en barracones próximos a las plantaciones agrícolas.

El cultivo de flores y hortalizas ocupa en la comarca barcelonesa del Maresme a unos 10.000 trabajadores, y ha experimentado en los últimos diez años una importante degradación de las condiciones de trabajo. El comercio ilegal de mano de obra ha llegado incluso a organizar rutas clandestinas de transporte y entrada para emigrantes africanos. Especial utilización de los servicios de trabajadores proporcionados por las redes de prestamistas -según afirma UGT- se efectúa entre los propietarios de cultivos de claveles y frutos del tiempo y hortalizas. Estas plantaciones se hallan ubicadas en las proximidades de Masnou, Premiá de Mar y Mataró, localidades de esta comarca.

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