La Unesco estudia en México los problemas de la cultura en la sociedad actual

154 países participan durante diez días en la Conferencia Mundial de Políticas Culturales

El primer objetivo gIobal de la Conferencia Mundial de Políticas Culturales es hacer un balance de las experiencias adquiridas desde la primera reunión de este tipo -que trató sobre los aspectos institucionales, administrativos y financieros de las políticas culturales-, celebrada en Venecia en 1970. En segundo lugar, se pretende suscitar una reflexión de fondo sobre los problemas fundamentales de la cultura en el mundo contemporáneo y en el futuro. En último término, se formularán nuevas orientaciones y recomendaciones que contribuyan, por un lado, a reforzar la dimensión cultural en el desar...

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El primer objetivo gIobal de la Conferencia Mundial de Políticas Culturales es hacer un balance de las experiencias adquiridas desde la primera reunión de este tipo -que trató sobre los aspectos institucionales, administrativos y financieros de las políticas culturales-, celebrada en Venecia en 1970. En segundo lugar, se pretende suscitar una reflexión de fondo sobre los problemas fundamentales de la cultura en el mundo contemporáneo y en el futuro. En último término, se formularán nuevas orientaciones y recomendaciones que contribuyan, por un lado, a reforzar la dimensión cultural en el desarrollo y, por otro, faciliten la cooperación culturaI internacional.Cuando la Unesco convocó por primera vez en Venecia hace doce años esta conferencia el mundo occidental vivía una etapa de prosperidad y bienestar, pero se entrevió que el solo desarrollo económico de los pueblos no siempre surtía efectos beneficiosos en el terreno cultural. Entonces se decidió incorporar el derecho a la cultura al conjunto de los Derechos del Hombre. Posteriormente (Helsinki, 1972) se habló de las finalidades culturales del desarrollo. En la conferencia de Yakarta de 1973 se impulsó el análisis del desarrollo cultural de los individuos y de las colectividades. En Accra (1975) surgió la noción de personalidad cultural como elemento fundamental de todo proceso interno o de desarrollo social, y en la última conferencia de Bogotá (1978) se abordó el tema de la identidad cultural dentro del pluralismo cultural.

Cultura y medios oficiales

A los doce años de haberse celebrado la Conferencia de Venecia los países miembros han tenido que enfrentarse a fenómenos muy variados dentro del ámbito de la cultura. En primer lugar, muchos gobiernos elaboraron y llevaron a la práctica una política cultural es tructurada a distintos niveles. En este sentido, las tres cuartas partes de los Estados miembros han creado desde entonces un ministerio o un organismo central encargado de los asuntos culturales de cada país. En los Estados federales las autoridades de cada uno de ellos han asumido responsabilidades culturales concretas. En España, que envió a la Conferencia de Venecia al entonces ministro de Educación, José Luis Villar Palasí se ha creado el Ministerio de Cultura, y recientemente las comunidades autónomas han comenzado a asumir responsabilidades regionales y locales en materia de cultura.La evolución registrada en la esfera de la cultura en estos últimos años es rica en enseñanzas, aun que varía de un país a otro. En algunos países se ha advertido un resurgimiento de las expresiones culturales originales, arraigadas en su propia historia. Paralelamente, las artes populares han cobrado una nueva vitalidad, el turismo cultural adquiere mayores dimensiones y se multiplican los tratados de cooperación cultural internacional. En otros lugares se ha tomado una conciencia mayor de la necesidad de conservar el patrimonio cultural o la necesidad de devolver a su país de origen las obras maestras exiladas o robados y de promover la libre circulación de la información y de los productos culturales.

Cuatro tendencias

Dadas las diferencias políticas de bloques de países miembros de la Unesco en esta Conferencia de México inicialmente se presentan por lo menos cuatro tendencias o actitudes fundamentales. En primer lugar, los países de influencia de la Unión Soviética, para los que Mondiacult será, en mayor o menor medida, un foro para la discusión de su ofensiva internacional sobre el desarme. En otra esfera se encuentran los Estados Unidos, que defenderán el liberalismo esencial que supone la hegemonía de las industrias culturales que actúan en régimen de empresas multinacionales o transnacionales. Las otras dos posturas son la del Grupo de los 77, que defiende la dimensión cultural del desarrollo y los intereses del Tercer Mundo y que pretende la creación de un nuevo orden cultural mundial, y por último, la posición de los países occidentales, que pretenden crear dentro de su seno zonas de influencia dominante.Todas las tendencias deberán analizar, sin embargo, los problemas de identidad cultural que se presentan hoy día debido a una serie de tendencias, por una parte, uniformadoras, sobre todo a través de las industrias culturales, y, por otra, disgregadoras (culturas regionales o locales). Otros temas que habrán de ser tratados y que Mondiacult deberá reforzar con resoluciones finales serán los de la conservación del patrimonio mundial, las relaciones entre cultura y democracia, el fomento de la creación artística e intelectual, la comunicación y la cultura y las industrias culturales.

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