Hipólito Escolar analiza la labor bibliotecaria de Menéndez Pelayo

"Menéndez Pelayo ha sido, sin género de dudas, el más ilustre y famoso de los directores de la Biblioteca Nacional", aseguró Hipólito Escolar, actual director de este centro en la conferencia que sobre Menéndez Pelayo, director de la Biblioteca Nacional, dictó ayer en la Fundación Santillana, en Santillana del Mar (Cantabria). En tono ameno y coloquial, Hipólito Escolar hizo un resumen de los logros y fallos de Menéndez Pelayo mientras estuvo al frente de este organismo así como la fuerte contestación ejercida por intelectuales y periodistas durante su mandato, iniciado el 7 de julio de...

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"Menéndez Pelayo ha sido, sin género de dudas, el más ilustre y famoso de los directores de la Biblioteca Nacional", aseguró Hipólito Escolar, actual director de este centro en la conferencia que sobre Menéndez Pelayo, director de la Biblioteca Nacional, dictó ayer en la Fundación Santillana, en Santillana del Mar (Cantabria). En tono ameno y coloquial, Hipólito Escolar hizo un resumen de los logros y fallos de Menéndez Pelayo mientras estuvo al frente de este organismo así como la fuerte contestación ejercida por intelectuales y periodistas durante su mandato, iniciado el 7 de julio de 1898."El nombramiento encontró algunas dificultades en el Gobierno presidido por el liberal Sagasta, pero la intervención decidida de la reina calmó los escrúpulos morales del ministro de la Gobernación, quien alegaba defectos en el comportamiento público de Menéndez Pelayo, aunque quizá lo que realmente le molestaba era su postura clericalista", comentó al principio de su exposición, no sin antes opinar que "no tenía una especial vocación de bibliotecario".

El actual director de la Biblioteca Nacional enumeré el trabajo ejercido por Meriéndez Pelayo, "que se entregó con verdadero placer a revisar personalmente los fondos de la Biblioteca, lo que hizo con tal dedicación que terminó siendo un verdadero catálogo viviente."

Criterios arcaicos

A juicio de Hipólito Escolar, los problemas surgieron a raíz del Reglamento de las bibliotecas públicas del Estado, "la obra legislativa más amplia y completa que se ha publicado entre nosotros, a la que puedo calificar como el mejor tratado de biblioteconomía producido en nuestro país". Sin embargo, junto con algunas normas muy detalladas que aún están vivas "hay otras que hoy nos sorprenden por responder a criterios arcaicos, conformes, por otra parte, con el pensamiento de Menéndez Pelayo".

Todo comenzó con la campaña que se desató en la Prensa madrileña en agosto de 1910, y que trataba de mostrar lo poco positivo de la actividad de Meriéndez y Pelayo al frente de la Biblioteca Nacional. Jacinto Benavente decía de ella: "defendida como fortaleza contra los naturales ataques del ansia de cultura y el deseo de ilustración, el denodado asaltante es tratado corno enemigo"; Ramón Gómez de la Serna apuntaba que "todos los libros estaban 'encuadernándose'", y Ortega y Gasset llegó a decir: "es inservible; apenas si hasta para asuntos de historia y literatura españolas, que son las disciplinas menos europeas. Las demás ciencias se hallan por completo desprovistas de material bibliográfico".

A juicio del actual director de la Biblioteca Nacional "pudo influir en la campaña el clima de clericalismo y anticlericalismo de la época y el reflejo de unas necesidades socíales que, por nuevas, eran despreciadas por Menéndez Pelayo". Pero para Hipólito Escolar, "su paso por la dirección resultó muy beneficiosa para la Biblioteca aunque no fue un buen administrador, ni su concepto de la función bibliotecaria estaba de acuerdo con el de las nuevas generaciones, cuyas ideas sobre las necesidades culturales del pueblo español eran muy diferentes".

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