Batalla aeronaval en las Malvinas

El Parlamento británico comienza a pensar en una tregua

Al tiempo que en la Cámara de los Comunes se mezclaban las llamadas a un alto el fuego en el Atlántico sur, los gritos guerreros y el sentimiento "cauto y entusiasta" del titular del Foreign Office, Francis Pym, una nueva batalla naval podía estar desarrollándose entre Argentina y el Reino Unido. El ministro de Defensa, John Nott, declaró en los Comunes que, como consecuencia del ataque contra el destructor Sheffield, se habían contado treinta desaparecidos británicos.

Nott señaló por la tarde que nuestros "buques están aún implicados en operaciones". Afirmó entonces no tener conocimien...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Al tiempo que en la Cámara de los Comunes se mezclaban las llamadas a un alto el fuego en el Atlántico sur, los gritos guerreros y el sentimiento "cauto y entusiasta" del titular del Foreign Office, Francis Pym, una nueva batalla naval podía estar desarrollándose entre Argentina y el Reino Unido. El ministro de Defensa, John Nott, declaró en los Comunes que, como consecuencia del ataque contra el destructor Sheffield, se habían contado treinta desaparecidos británicos.

Nott señaló por la tarde que nuestros "buques están aún implicados en operaciones". Afirmó entonces no tener conocimiento de una nueva batalla, pero explicó que durante las operaciones peligrosas los buques cortan su contacto por radio para no ser detectados, con lo que no llegan informaciones a Londres hasta pasado cierto tiempo.Con el mortífero ataque contra el Sheffield, incendiado, pero, según la BBC, no hundido, el Reino Unido ha recibido una bofetada que le ha mostrado la realidad de una guerra. Nott detalló ayer que a las 16.30 horas del martes (hora de Madrid) unos aviones Super-Etendard dispararon dos misiles Exocet contra el Sheffield. Uno falló, pero el otro le alcanzó de lleno, provocando un incendio. Cuatro horas después, cuando el fuego ya no podía ser controlado, se dieron órdenes a la tripulación para abandonar el buque. "Treinta desaparecidos", dijo Nott. El Ministerio de Defensa había señalado que entre muertos, desaparecidos y heridos se contaban 87 hombres.

El desastre ha dejado al país con la boca abierta. La Prensa conservadora británica ha reaccionado en un tono digno del Marco Antonio de Shakespeare: "El espíritu de César... gritará 'destrucción' y soltará a los perros de la guerra". Varios diputados conservadores, como Winston Churchill y Alan Clark, han pedido que el Reino Unido bombardee las bases aéreas argentinas en el continente para acabar con su superioridad aérea.

En la noche del martes, Pym envió una "contribución constructiva" al secretario de Estado norteamericano, Alexander Haig, cuyos planes diplomáticos, según Pym, han incorporado algunas de las propuestas hechas por el Gobierno de Perú. Un alto el fuego y una pronta retirada de las tropas argentinas son dos "ingredientes vitales" de las ideas con las que trabaja el Gobierno, afirmó Pyrn en los Comunes. Pym añadió que también está "prestando una cuidadosa atención" a las propuestas del secretario general de las Naciones Unidas, Javier Pérez de Cuéllar. La respuesta británica a Pérez de Cuéllar debería haber llegado ayer noche a Nueva York, según un portavoz del Foreigri Office, que a mediodía de ayer reiteró que una tregua de 48 horas "nos plantea dificultades", sin especificar lo que quería decir con estas palabras. El balance entre los deseos de una solución diplomática y las tendencias a buscar una victoria militar es, pues, inestable, y podría quedar roto por la propia dinámica de los acontecimientos en el Atlántico sur. Después de todo, como ya comentó Clausewitz, la guerra no tiene una lógica, sino a lo sumo, una gramática.

Vulnerabididad

Pero el desastre del martes ha devuelto un cierto sentido de la proporción y de la vulnerabilidad. Aunque la oposición no saltó sobre el Gobierno para responsabilizarlo de esta tragedia, numerosos diputados laboristas y algunos conservadores pidieron ayer una tregua en las hostilidades. Setenta y cinco de estos diputados habían firmado ayer una moción en este sentido, encabezada por Anthony Benn. La primera ministra, Margaret Thatcher, convocó ayer una reunión de su Gabinete de crisis, ampliándolo posteriormente a un pleno del Consejo de Ministros. No se han revelado los detalles de lo discutido, pero se entiende que los ministros son conscientes de la negativa reacción mundial a la escalada de las hostilidades armadas. El Gobierno tampoco puede olvidar una encuesta de opinión publicada el domingo, en la cual un 60% de los encuestados se manifestó en contra de la pérdida de vidas británicas para recuperar las islas Malvinas.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En