La guerra estalló en las Malvinas

Preocupación aliada por la posible internacionalización del conflicto

La Alianza Atlántica está preocupada por el violento desarrollo de la crisis de las Malvinas y por su eventual internacionalización, según fuentes oficiosas diplomáticas, que señalaron que el conflicto del Atlántico Sur será objeto de un detenido examen en la próxima reunión del Comité de planes de Defensa de la OTAN (ministros de Defensa de los quince) prevista para los próximos días 6 y 7 en Bruselas. El orden del día de la reunión suele ser secreto.Portavoces oficiales se negaron, por su parte, a realizar el menor comentario sobre los últimos acontecimientos, alegando que el A...

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La Alianza Atlántica está preocupada por el violento desarrollo de la crisis de las Malvinas y por su eventual internacionalización, según fuentes oficiosas diplomáticas, que señalaron que el conflicto del Atlántico Sur será objeto de un detenido examen en la próxima reunión del Comité de planes de Defensa de la OTAN (ministros de Defensa de los quince) prevista para los próximos días 6 y 7 en Bruselas. El orden del día de la reunión suele ser secreto.Portavoces oficiales se negaron, por su parte, a realizar el menor comentario sobre los últimos acontecimientos, alegando que el Atlántico Sur es un área no comprendida en el Tratado de Washington que instituyó la Alianza.

Los aliados europeos han acogido favorablemente, pero con inquietud, el compromiso estadounidense de facilitar a la Armada británica todo el apoyo logístico que sea necesario. Los europeos agradecen el claro alineamiento de Washington al lado de Londres, pero temen que la implicación casi directa de Estados Unidos ayude a trasladar a América del Sur los problemas Este-Oeste o que, una vez en la ONU, el conflicto de las Malvinas derive en un enfrentamiento Norte-Sur.

Temen también una ola de antiamericanismo en el hemisferio sur y un refuerzo de la posición de Cuba. Hasta el momento, los colegas europeos de Gran Bretaña han sancionado económicamente a Argentina, a través de la CEE, pero su apoyo no se extiende a aspectos logísticos que, por otra parte, Londres no parece haber solicitado. Los europeos preferirían mantener el conflicto en el marco de la CEE, sin vincularlo en forma alguna a la OTAN, pero si los enfrentamientos armados se generalizan se encontrarán en una difícil oposición. El ministro italiano de Asuntos Exteriores, Emilio Colombo, por ejemplo, ha recordado recientemente que más de un millón de ciudadanos argentinos tienen también pasaporte italiano.

Una eventual toma de posición de la Alianza Atlántica en términos de mayor dureza colocaría también en una incómoda situación al Gobierno español, que se encuentra ya a las puertas de la OTAN y que se vería obligado a mantener una actitud claramente disociada de sus futuros socios.

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