Crítica:CINE / 'SERVICIOS SECRETOS PARALELOS'

Un mundo caótico

Una mujer es asesinada en el transcurso de un acto terrorista. Es la única rehén muerta; los asesinos consiguen, para evitar una matanza, el avión que necesitan para salir de Estados Unidos, camino de Checoslovaquia, sin que los servicios secretos norteamericanos puedan detenerles.El marido de la víctima decide vengarse. Adiestrado por la CIA se introduce en el país enemigo donde comienza una larga aventura repleta de sorpresas y contradicciones. La CIA y el KGB se dispersan, se confunden, en unos disfraces complejos e imprevisibles que conducen al protagonista a un escepticismo desolador. El ...

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Una mujer es asesinada en el transcurso de un acto terrorista. Es la única rehén muerta; los asesinos consiguen, para evitar una matanza, el avión que necesitan para salir de Estados Unidos, camino de Checoslovaquia, sin que los servicios secretos norteamericanos puedan detenerles.El marido de la víctima decide vengarse. Adiestrado por la CIA se introduce en el país enemigo donde comienza una larga aventura repleta de sorpresas y contradicciones. La CIA y el KGB se dispersan, se confunden, en unos disfraces complejos e imprevisibles que conducen al protagonista a un escepticismo desolador. El desenlace de su peripecia contiene la intención última de la película, una suerte de impotente denuncia de la oculta actividad de quienes controlan nuestras vidas y nuestros futuros. Guionistas y director han evitado en ella una publicidad simple de los servicios secretos de su país, tanto como la denuncia barata de los servicios contrarios. Su condena es común a todos.

Servicios secretos paralelos

Director: Charles Jarrott. Guión: Robert Littell y Diana Maddóx, basada en la novela The amateur, del primero de ellos. Fotografía: John Coquillón. Intérpretes: John Savage, Chistopher Plummer, Marthe Keller. Canadiense, 1981. Acción. Locales de estreno: Real Cinema y Minicine 3.

El esquema del filme respeta los moldes del género. La emoción hacia la aventura está, pues, desarrollada con los adjetivos que el público conoce, aunque con una eficacia narrativa que supera la media de otras películas similares. No ha querido Jarrott limitarse. al enredo típico, sino que, respetándolo, le encuentra una dimensión crítica superior. No hay, por tanto, superhombres ni hazañas inimitables. El propio protagonista, John Savage, es la antítesis del héroe típico de las películas de acción. Sin una complexión física extraordinaria, su actividad tiene algo de cotidiano.

La inteligencia de su personaje no supera, por otro lado, la del espectador que contempla el enredo. La propia confusión del conflicto es la que vive el antihéroe. En este sentido, Servicios secretos paralelos conecta con una larga tradición de personajes perdedores que de la literatura al cine han ofrecido un panorama sobre nuestra sociedad cercano al que vive el ciudadano medio. L a vaga victoria final del protagonista no compensa la derrota de sus creencias.

Película modesta en sus planteamientos, como cualquier otra del género realizada en nuestros días no defrauda a quienes confían en el entretenimiento obligado de cualquier espectáculo. Aunque tampoco, es cierto, cambia sustancialmente la idea distanciada de quienes entienden que vivimos una etapa repleta de absurdos e injusticias.

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