El presidente portugués inicia hoy su primera visita a Angola

El presidente portugués, Antonio Ramalho Eanes, es a partir de hoy el primer jefe de Estado occidental de un país miembro de la OTAN en visitar oficialmente la República Popular de Angola, antigua colonia africana de Portugal, independiente desde 1975.

Una visita a la cual las dos partes atribuyen la mayor importancia y durante la cual serán abordados algunos de los temas más difíciles de la actual situación en Africa austral: independencia de Namibia, situación interna angoleña, relaciones entre Africa del Sur y sus vecinos africanos.Se sabe de antemano que las visitas de Estado no sue...

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El presidente portugués, Antonio Ramalho Eanes, es a partir de hoy el primer jefe de Estado occidental de un país miembro de la OTAN en visitar oficialmente la República Popular de Angola, antigua colonia africana de Portugal, independiente desde 1975.

Una visita a la cual las dos partes atribuyen la mayor importancia y durante la cual serán abordados algunos de los temas más difíciles de la actual situación en Africa austral: independencia de Namibia, situación interna angoleña, relaciones entre Africa del Sur y sus vecinos africanos.Se sabe de antemano que las visitas de Estado no suelen producir efectos concretos inmediatos, pero para medir la importancia del paso ahora dado por Angola en dirección a la normalización de sus relaciones con Occidente basta recordar que el viaje de Eanes a Angola fue decidido ya en 1979, con ocasión del encuentro en Bissau entre el jefe del Estado portugués y su colega angoleño, Agostinho Neto, fallecido en noviembre del mismo año.

Angola -que vive en estado de guerra prácticamente permanente desde 1962, y que ha sido duramente castigada por varias incursiones surafricanas, que culminaron en agosto del año pasado con la ocupación de vastos territorios próximos a la frontera de Namibia- se debate en una crisis económica.

Los dirigentes angoleños son demasiado dependientes de la ayuda militar soviética y cubana (cuyos efectivos se calculan en más de 20.000 hombres) para atreverse a ir muy lejos en la vía de la diversificación de sus relaciones, a pesar de sus afirmaciones de no alineamiento.

EE UU ha mostrado últimamente una voluntad de normalización de sus relaciones con Angola, pero plantea como condición previa la salida de las tropas cubanas.

El presidente Eanes y, más recientemente, Mitterrand han propuesto la aceleración de la solución del problema de Namibia, como una manera de romper el círculo vicioso. La respuesta de Luanda fue animadora: "Con la independencia de Namibia y la creación de un Estado-tampón entre Angola y Africa del Sur, alejada Ia amenaza directa contra su integridad nacional, Angola consideraría la posibilidad de iniciar la evacuación de las tropas cubanas. Pero estamos a pocos meses del plazo fijado por las Naciones Unidas, para la independencia de Namibia y la solución del problema sigue, sin encontrarse".

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Entre tanto, Portugal persigue en el país africano otros objetivos,, esencialmente económicos; y cuenta con sus relaciones tradicionales con Angola y Mozambique, no miembros de la Convención de Lomé para reforzar sus posiciones junto a la CEE.

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