Julián Marías: "Escribir es un placer intenso y doloroso al mismo tiempo"

"Escribir es doloroso, pero para el escritor es el placer más intenso. Mientras haya un obrero asturiano, una mujer de edad mediana de Murcia o un registrador de la propiedad de Nájera que encuentren interés en mis escritos y me pidan algunos de mis libros no dejaré de escribir". Estas son algunas de las intenciones y experiencias expresadas anteayer por Julián Marías en el transcurso de una cena-homenaje que le ofreció un grupo de cincuenta amigos y representantes de algunas instituciones culturales y financieras con motivo de la edición de los volúmenes IX y X de las Obras completas del ensa...

"Escribir es doloroso, pero para el escritor es el placer más intenso. Mientras haya un obrero asturiano, una mujer de edad mediana de Murcia o un registrador de la propiedad de Nájera que encuentren interés en mis escritos y me pidan algunos de mis libros no dejaré de escribir". Estas son algunas de las intenciones y experiencias expresadas anteayer por Julián Marías en el transcurso de una cena-homenaje que le ofreció un grupo de cincuenta amigos y representantes de algunas instituciones culturales y financieras con motivo de la edición de los volúmenes IX y X de las Obras completas del ensayista, editadas por Revista de Occidente.

Julián Marías, tras ser presentado por el empresario Claudio Boada, presidente de la Empresa Nacional de Hidrocarburos, comenzó confesando que no escribiría más, aunque publicaría todavía "material para algunos volúmenes que se añadirán a esta colección, ya que lo que tengo escrito es irremediable". El volumen IX está dedicado íntegramente a escritos sobre Ortega y Gasset, de quien Marías fue discípulo. El volumen X recoge diversos trabajos de antropología. metafísica y ensayos aparecidos en publicacíones periódicas.Marías hizo un repaso de su vida como escritor, "desde que publiqué mi primer libro, Historia de la filosofía, hace 41 años". El ensayista español explicó que se sentía solidario con las 5.000 páginas que constituyen sus obras completas, realizadas desde que a los diecisiete años comenzó a escribir sobre filosofía.

Tras recordar a sus maestros, Ortega, a quien conoció cuando tenía dieciocho años; a Zubiri, anterior a Ortega, y a García Morente, posterior, Julián Marías citó la guerra civil como una gran crisis que no pudo terminar con España. "Los escritores", dijo, "tienen la obligación de no dejar solo a su pueblo. España ha podido renacer, está viva porque se ha mantenido una continuidad del pensamiento y de la expresión de ese pensamiento".

"Durante todos estos años", dijo también Julián Marías, "tenía enormes proyectos de escribir otras cosas, pero asumo los diez volúmenes. Son míos. Lo que pensaba lo decía. Ahora, desde hace cuatro años, ya no tengo el deseo de escribir. Tengo el más vivo deseo de dejar de vivir, pero como no tengo el derecho de hacerlo, seguiré viviendo y escribiendo mientras mis amigos, a los que desde aquí pido que me avisen si me desvío, crean que no lo hago desde la apoplejía".

La referencia implícita de Julián Marías a la muerte, hace cuatro años, de su mujer, Lolita, se explicitó reiteradamente durante toda la cena en las intervenciones de Chueca Goitia, Fermín Celada, Hernández Gil, Heliodoro Carpintero, Enrique Lafuente Ferrari, Carlos Romero de Lecea, Julen Guimón, Santiago Foncillas, Xavier de Salas, José Gerardo Manrique de Lara, Luis Calvo y Luis Diez del Corral.

La cena-homenaje a Julián Marías fue organizada por la Asociación de Escritores y Artistas, el Ateneo de Madrid, el Aula Cultural El Correo Español-El Pueblo Vasco, el Círculo de Empresarios, la Fundación Europea de la Cultura, la Fundación de Amigos del Museo del Prado, la Fundación Universidad Empresa, Fundesco, Fundes, Hispania Nostra y por el Instituto de España.