Juan Margallo estrena, como autor de teatro, una obra musical satírica con personajes clásicos y actuales

El actor y director teatral Juan Margallo estrena hoy, en la sala El Gayo Vallecano, de Madrid, el espectáculo ¡Perdona a tu pueblo, Señor! No estés eternamente enojado, del que es autor y director, con la compañía de la sala, formada por Jesús Alcaide, Javier Blanco, Andrés Cienfuegos, Vicente Cuesta, Miguel Gallardo, Angel García, Petra Martínez y Murfi II, como estrella invitada.

La obra, con una estructura musical, tiene personajes clásicos de la literatura española y de la actualidad, y busca, mediante la sátira y la parodia, la participación del público. Don Quijote y Sancho Panza...

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El actor y director teatral Juan Margallo estrena hoy, en la sala El Gayo Vallecano, de Madrid, el espectáculo ¡Perdona a tu pueblo, Señor! No estés eternamente enojado, del que es autor y director, con la compañía de la sala, formada por Jesús Alcaide, Javier Blanco, Andrés Cienfuegos, Vicente Cuesta, Miguel Gallardo, Angel García, Petra Martínez y Murfi II, como estrella invitada.

La obra, con una estructura musical, tiene personajes clásicos de la literatura española y de la actualidad, y busca, mediante la sátira y la parodia, la participación del público. Don Quijote y Sancho Panza, montados en bicicletas, llegarán esta noche al Gayo Vallecano, confunden a los espectadores con enanos saltarines e intentarán arreglar los problemas del teatro. Don Quijote cantará la canción Siéntase enano saltarín, donde aconseja: "¡Desabróchese el cinturón /del pantalón, /del corazón y del pulmón..., /y, sobre todo, /desabróchese el cinturón de la cabeza!". Antes de su marcha habrá propuesto como alternativas el suicidio o la quema de la sala.La participación del público y un cierto desmadre son las intenciones de Juan Margallo, en su primera obra como autor, con la colaboración de trozos o frases de obras clásicas de la literatura española, como Don Quijote, Don Juan Tenorio, El retablo de las maravillas o La vida es sueño. Por el patio de butacas y en el escenario aparecen personajes de ficción, como Don Quijote, Sancho Panza, Don Juan Tenorio, Don Luis, Ciutti, Doña Inés, junto a otros históricos y actuales, como Colón, Calderón, Velázquez, la princesa de Eboli, Felipe IV, Cervantes, Machín, Sara Montiel, Antonio Gala y Francisco Nieva.

Juan Margallo, extremeño, de 41 años, escribe y dirige ¡Perdona a tu pueblo, Señor! después de una amplia dedicación teatral como actor y director, desde los comienzos en el teatro comercial, en montajes en el María Guerrero, Español y Eslava, hasta la formación en colectivos y proyectos de teatro independiente, como el grupo Tábano y la sala El Gayo Vallecano. Sus últimos montajes han sido de obras de Luis Matilla, Alfonso Sastre y Valle-Inclán.

La OTAN y el golpe

Las referencias literarias se unen a otros aspectos de la actualidad, como la OTAN y la rebelión militar del 23 de febrero, junto a las que aporten los espectadores frente a un muro de lamentaciones. Durante una procesión, el público escuchará la voz del profeta en ¡Arrepentíos, occidentales!: "Rasputín ha sido visto /por la plaza de Cascorro./ ¡España, una! ¡España, grande! ¡España, OTAN!". Juan Margallo comenta que la escritura de la obra no tuvo desde el principio una forma definida, sino que se fueron uniendo distintos temas de la actualidad y otros específicos del teatro, como el centenario de Calderón.En la parte musical interviene un coro, formado por Nati Alcaide, Arantxa Pacheco, Soledad Mallol y Maribel Ripoll, y una orquestina, con Enrique Castejón, Jerónimo Martínez, Antonio Camborio y Fernando Sastre. La coreografía es de Luis Ruffo, y la música, de Jerónimo Martínez, antiguo miembro de Las Madres del Cordero, que con el grupo Tábano formaron el espectáculo Castañuela 70, donde intervino Juan Margallo.

"En los últimos años estaba en contra del estilo de Castañuela", dice Juan Margallo, "pero ahora vuelvo a un estilo parecido, aunque con una estructura musical distinta. En estos momentos el público huye de las salas, está corriendo del teatro y hay que ofrecer espectáculos donde participe, sin llegar a un teatro de provocación. En ¡Perdona a tu pueblo, Señor! hay algunas partes serias, sobre la inmortalidad o la muerte, pero en general explico cosas que pienso, no de una manera trascendente, que pueden interesar a los demás".

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