Reagan presenta ante la OEA un plan para Centroamérica y el Caribe

Preferencias comerciales, apoyo a la inversión, ayuda financiera y plan de urgencia en material militar para Centroamérica y las islas del Caribe forman el núcleo del denominado nuevo plan Marshall norteamericano, que fue presentado ayer en Washington por Ronald Reagan ante la Organización de Estados Americanos (OEA). No faltó la denuncia al "nuevo colonialismo totalitario" patrocinado por la Unión Soviética, Cuba y Nicaragua en Centroamérica, con serias advertencias para cortar "todo intento de avivar el fuego en la región".

Durante media hora, ante un foro integrado por los embajadore...

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Preferencias comerciales, apoyo a la inversión, ayuda financiera y plan de urgencia en material militar para Centroamérica y las islas del Caribe forman el núcleo del denominado nuevo plan Marshall norteamericano, que fue presentado ayer en Washington por Ronald Reagan ante la Organización de Estados Americanos (OEA). No faltó la denuncia al "nuevo colonialismo totalitario" patrocinado por la Unión Soviética, Cuba y Nicaragua en Centroamérica, con serias advertencias para cortar "todo intento de avivar el fuego en la región".

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Durante media hora, ante un foro integrado por los embajadores permanentes de la OEA, que agrupa a todos los países del continente americano, con excepción de Cuba, Ronald Reagan atizó las denuncias contra el régimen cubano "Si no actuamos rápida y decididamente en defensa de la libertad, surgirán nuevas Cubas de las ruinas de los conflictos actuales".El presidente de EE UU reafirmó su total apoyo a la Junta militar de El Salvador y al programa de las próximas elecciones, el 28 de marzo. Según fuentes de la Casa Blanca -aunque no fue citado en el discurso-, Reagan enviará una petición al Congreso de un nuevo programa de ayuda militar, por valor de sesenta millones de dólares (unos 6.000 millones de pesetas), para helicópteros, camiones, armas ligeras y material para comunicaciones. Se insiste, sin embargo, en que EE UU no enviará tropas a El Salvador.

El discurso-programa engloba la cooperación económica en el Caribe entre EE UU, México, Canadá y Venezuela, con participación de 350 millones de dólares (unos 35.000 millones de pesetas) por parte de EE UU. Sin embargo, el presidente no hizo ninguna alusión a la iniciativa del presidente de México, José López Portillo, de actuar como mediador en los actuales conflictos centroamericanos. EE UU rechaza la propuesta mientras Nicaragua siga actuando como correa de transmisión para el envío de armas a El Salvador procedentes de Cuba.

Al margen del discurso, la Administración Reagan admitió que durante los dos últimos meses barcos-espías estadounidenses estuvieron abservando el movimiento en el golfo de Fonseca, constatando el flujo de transportes de armamentos hacia Nicaragua, con posterior destino a El Salvador. También se confirmó en Washington el programa de las primeras maniobras navales de países de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) por aguas del golfo de México y costas de Florida, a partir del próximo mes de marzo.

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Las primeras reacciones al discurso del presidente Reagan son unánimemente positivas en lo que se refiere al capítulo de la cooperación económica y comercial. "Es un verdadero segundo plan Marshall, análogo al que favoreció la reconstrucción de Europa occidental después de la segunda guerra mundial", dijo Charles Percy, senador republicano y presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado.

Por su parte, y aun apoyando la parte económica del plan para el Caribe, el líder de la mayoría demócrata en la Cámara de Representantes, Thomas O'Neill, dijo que EE UU ayuda a una Junta Militar en El Salvador que viola los derechos humanos. Pidió una rápida solución negociada en el conflicto de El Salvador, con participación de otros países afectados por el conflicto y advirtió del riesgo de que El Salvador se convierta en un nuevo Vietnam para EE UU.

Reagan insistió en la gran comunidad de ideales americanos, en el "destino ccimún", que agrupa a seiscientos millones de personas, precisando una frase que muestra el indiscutible interés de EE UU por El Salvador. "El Salvador está tan cerca de Texas como Texas de Massachusetts". Insistió en que la seguridad de "nuestros vecinos en la región es de interés vital para nosotros". Recordó que gran parte del petróleo y materias primas consumidas en EE UU transitan por el canal de Panamá.

Consideró Reagan que las propuestas actuales "son un hecho sin precedentes" en una zona actualmente azotada por la crisis. Pero "un nuevo imperialismo brutal y totalitario", patrocinado por la URSS, Cuba, Nicaragua y Granada, querían acabar con los esfuerzos "para restaurar o establecer Gobiernos constitucionales". Dijo que, sólo en el último año, Cuba recibió 66.000 toneladas de material militar, procedentes de la URSS, incluidos nuevos cazas Mig-23 en un refuerzo sin precedentes desde la crisis de los misiles, en 1982.

Habló de la represión en-Nicaragua contra los indios misquitos y de las falsas promesas de Managua para celebrar elecciones democráticas, al tiempo que restringía las libertades. Explicó, como "muy simple" el plan de la URSS, Cuba y Nicaragua para "instalar un régimen marxista-leninista en El Salvador".

El sector privado, 'motor' del desarrollo

En seis puntos, Ronald Reagan expuso la nueva doctrina de cooperación para Centroamérica y el Caribe, donde la iniciativa privada contará con las preferencias de los créditos y ayudas que EE UU, junto con México, Canadá y Venezuela, concederá para estimular el desarrollo.

Primero con un libre acceso de los productos del Caribe al mercado norteamericano, con eventuales mecanismos de salvaguardia para los textiles y posibles precios de referencia para el azúcar, sector en el que la industria local estadounidense podría verse afectada por la competencia.

En segundo lugar, exenciones fiscales y garantías para las empresas privadas norteamericanas que inviertan en Centroamérica y Caribe. Tercero, una ayuda financiera de 350 millones de dólares, también enfocada al sector privado, con preferencias de urgencia para los países más necesitados.

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