Indicios de distensión en Polonia

Especial saludo del Papa a sus conciudadanos polacos para que avancen "en paz, justicia y libertad"

El Papa envió ayer, después de haber celebrado la misa de Navidad en la Basílica de San Pedro, un mensaje de paz al mundo, que leyó desde el balcón central de la basílica a los miles de romanos y peregrinos de diversas naciones reunidos en la plaza de San Pedro. Tras concluir con el recordatorio de que "el mundo que no acepta a Dios deja de ser hospitalario con el hombre", felicitó las pascuas navideñas en 42 lenguas.Juan Pablo Il envió un saludo especial a sus conciudadanos polacos. Después de haber dicho que "deseaba abrazar a toda Polonia, nuestra patria común", el papa Wojtyla afirmó q...

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El Papa envió ayer, después de haber celebrado la misa de Navidad en la Basílica de San Pedro, un mensaje de paz al mundo, que leyó desde el balcón central de la basílica a los miles de romanos y peregrinos de diversas naciones reunidos en la plaza de San Pedro. Tras concluir con el recordatorio de que "el mundo que no acepta a Dios deja de ser hospitalario con el hombre", felicitó las pascuas navideñas en 42 lenguas.Juan Pablo Il envió un saludo especial a sus conciudadanos polacos. Después de haber dicho que "deseaba abrazar a toda Polonia, nuestra patria común", el papa Wojtyla afirmó que deseaba que sus felicitaciones de Navidad pudiesen llegar especialmente "a los que sufren, a los que han sido alejados de sus casas, a los que padecen depresión o desesperación". Y dirigiéndose, como en una oración, a Dios, dijo: "Tú, que indicaste el camino a los pastores de Belén y a los Reyes Magos, indícaselo también a los hijos e hijas de la tierra polaca, para que avancen hacia un futuro mejor en paz, justicia y libertad".

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En su mensaje a todo el mundo, Juan Pablo Il se dirigió también a los hombres de gobierno con estas palabras: "Clamamos ante los jefes de Estado, los sistemas y las sociedades para que en todas partes se respete el principio de la libertad religiosa; para que el hombre no sea discriminado por creer en Cristo, ni prejuzgado, ni privado de gozar los frutos de sus méritos como ciudadano".

El Pontífice pidió asimismo "que este llamamiento lo hagan junto conmigo todos los que sienten cuán perjudicial y terrible es para el hombre ver pisoteados los derechos de su conciencia y de la libertad religiosa".

Refiriéndose a la frase evangélica que dice que José y María no encontraron habitación en el mesón de Belén y tuvieron que ir a una cueva para que naciera el Mesías, Juan Pablo II afirmó: "¿No os conmueve la imagen de semejante mundo, de un mundo que está contra el hombre, incluso antes que éste consiga nacer, que en nombre de diversos intereses económicos, imperialistas, estratégicos, arroja del lugar de su trabajo a inmensas muchedumbres de hombres, que los encierra en campos de concentración, que los priva del derecho a la patria, los condena a padecer hambre y los hace esclavos?".

En la plaza de San Pedro, mientras el Papa hablaba, ondeaban miles de banderas polacas. Pero no las enarbolaban gentes de Polonia, que ahora ya no pueden llegar a Roma.-Eran jóvenes italianos de movimientos católicos. Un grupo portaba un gran cartel con el nombre de Solidaridad en rojo. El Papa tuvo un momento de emoción y como en un lapsus saludó "al grupo de Solidaridad presente". En realidad eran sólo jóvenes italianos que gritaban: "Walesa, libre".

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