Crítica:"POP"

La Mode, un nuevo grupo

El pasado fin de semana se nos vino pleno de novedades e incógnitas. Por un lado hacía su presentación La Mode, grupo local de amplias perspectivas, y por otro, el grupo inglés Shake-Shake, cuyo mayor encanto residía en ser completamente desconocidos.

Ajustando el orden de prelación a un sano chovinismo, es cosa de empezar con La Mode. Era, por así decir, su presentación oficial, y el marco fue el salón de actos de la Escuela de Ingenieros de Caminos (cuyas maravillosas siglas son ESTICCP), que. ya tiene una raigambre en este tipo de inventos. La Mode, dicho sea rápidamente, es la conti...

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El pasado fin de semana se nos vino pleno de novedades e incógnitas. Por un lado hacía su presentación La Mode, grupo local de amplias perspectivas, y por otro, el grupo inglés Shake-Shake, cuyo mayor encanto residía en ser completamente desconocidos.

Ajustando el orden de prelación a un sano chovinismo, es cosa de empezar con La Mode. Era, por así decir, su presentación oficial, y el marco fue el salón de actos de la Escuela de Ingenieros de Caminos (cuyas maravillosas siglas son ESTICCP), que. ya tiene una raigambre en este tipo de inventos. La Mode, dicho sea rápidamente, es la continuación de un grupo llamado Paraíso que se fue al garete tanto por conflictos de egos como por la ineptitud aceptada de su casa de discos. La Mode es heredera directa de aquel grupo y en muchas ocasiones lo recuerda. Al frente figura Fernando Márquez El Zurdo, cantante y letrista, todo disfrazado de Erasmo con gafas de sol. A su lado, Antonio, guitarrista, compositor y conciencia formal del grupo. Y Mario, un teclista totalmente calvo que lo llena todo de armonías encendidas. O Jane, una mujer muy crecida para su edad (diecisiete años), que, sorprendentemente en este país, toca el bajo a dedo y además bien. Para finalizar con Luis, fino batería, unas coristas y un saxo.Con todo, lo importante es la música. Una música que, por desgracia, no se escuchaba demasiado bien. No así las letras, que no se entendían en absoluto. Pero la gente comprendía que allí, bajo un pensado juego de luces, proyecciones de diapositivas y películas, había un puñado de buenas canciones cuyo carácter iba más por el lado de la escucha interesada que por el del baile desmadrado.

Así las cosas, el concierto discurría entre lo bonito y lo aburrido, porque los posibles matices de algunas piezas naufragaban en el confuso sonido. Y eso es una pena en gentes que ad miran a Vainica Doble o a Roxy Music, o lo que es igual, la sutileza intencionada.

Por otro lado, pero esta vez en el Rock Ola, actuaba el grupo inglés Shake-Shake. Absoluta y totalmente desconocido, Shake-Shake asombró un poco, tanto por su música como por otros detalles. La música es lo que podría llamarse funky, saltón estilo propio del jazz y de algunos negros como Parliament- Funkadelic- Bootsy Collins, que ha sido adoptado en todo o en parte por grupos vanguardistas, como Talking Heads, entre otros.

Es música alegre que, en esta ocasión, contaba con dos teclados haciendo cosas bonitas, un buen batería y, sobre todo, un bajo espectacular.

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