LA LIDIA

Muchas astas "afeitadas" no llegan a Madrid para examen

Gran parte de las astas de los toros que los veterinarios consideran sospechosas de afeitado no son enviadas a examen a la Escuela de Sanidad de Veterinaria, de Madrid -como es preceptivo-, por problemas de organización y procedimiento, según manifestaciones del profesor Ballesteros, veterinario catedrático de la Universidad de Zaragoza, hechas en un programa de Revista de toros, que será emitido próximamente por RTVE, y en el cual participaba también el crítico taurino de EL PAIS.En este programa, de media hora de duración y dedicado íntegramente al afeitado, intervinieron asimi...

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Gran parte de las astas de los toros que los veterinarios consideran sospechosas de afeitado no son enviadas a examen a la Escuela de Sanidad de Veterinaria, de Madrid -como es preceptivo-, por problemas de organización y procedimiento, según manifestaciones del profesor Ballesteros, veterinario catedrático de la Universidad de Zaragoza, hechas en un programa de Revista de toros, que será emitido próximamente por RTVE, y en el cual participaba también el crítico taurino de EL PAIS.En este programa, de media hora de duración y dedicado íntegramente al afeitado, intervinieron asimismo Hipólito Mora, jefe del Servicio del Toro de Lidiá, del Ministerio de Agricultura, y veterinario de las plazas de Madrid; el ganadero Victorino Martín, y Manolo Molés, subdirector de Revista de Toros, que realizaba las entrevistas.

A lo largo del debate expusieron sus,puntos de vista acerca de las soluciones más adecuadas para terminar con el fraude de la manipulación de las astas de las reses. Por su parte, el profesor Ballesteros explicó que, en muchas plazas de provincias (desde luego casi todas las de segunda y tercera categoría, pero también en algunas de primera), los veterinarios, al tener sospechas fundadas de que ha habido afeitado en los toros, deciden, de acuerdo con la autoridad y en cumplimiento de lo reglamentado, la remisión a Madrid de las astas; pero se encuentran con que no hay cajón, ni precintos, ni las sustancias químicas necesarias para la conservación de aquéllas, pues estos elementos ha de aportarlos la empresa, la cual manifiestó que no los tiene disponibles. Además, el ganadero, o su representante, debe firmar el acta de remisión y frecuentemente se niega a ello, con lo cual, en determinadas ocasiones, aun en el supuesto de que, en estos casos, las astas llegaran a Madrid, el ganadero correspondiente recurre, alegando que no pertenecen a toros de su ganadería.

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