ARAGON

Huelga de hambre de un constructor al que el Insalud debe 154 millones de pesetas

Un empresario de Alcañiz (Teruel), Manuel Benavente, permanece en huelga de hambre desde hace una semana en la iglesia de Nuestra Señora de Belén, de Zaragoza, como protesta contra Insalud, que, según afirma, le adeuda 154 millones de pesetas desde hace ocho años, lo que motivó en su día la quiebra de su empresa.

Manuel Benavente tiene 59 años de edad y venía trabajando en el negocio de la construcción desde 1947. En 1966 fundó una pequeña, empresa, BENASA, que conoció una floreciente trayectoria -hizo, incluso, ampliación de capital en 1971- hasta que, según se lamenta el ...

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Un empresario de Alcañiz (Teruel), Manuel Benavente, permanece en huelga de hambre desde hace una semana en la iglesia de Nuestra Señora de Belén, de Zaragoza, como protesta contra Insalud, que, según afirma, le adeuda 154 millones de pesetas desde hace ocho años, lo que motivó en su día la quiebra de su empresa.

Manuel Benavente tiene 59 años de edad y venía trabajando en el negocio de la construcción desde 1947. En 1966 fundó una pequeña, empresa, BENASA, que conoció una floreciente trayectoria -hizo, incluso, ampliación de capital en 1971- hasta que, según se lamenta el interesado comenzó a trabajar para la Seguridad Social, para quien realizó a satisfacción varias obras, como el ambulatorio de Alcañiz, una residencia en Ibiza y la ampliación de la de Jerez de la Frontera.

Aun con retrasos en los pagos, la situación de la empresa fue buena hasta 1973, cuando se le encargó el proyecto de ampliación de la residencia de Cáceres, donde empezaron los problemas -dice- que le llevarían a la suspensión de pagos.

El autor de una medida de presión tan insólita, por tratarse de un empresario, afirma haber agotado todos los procedimientos para cobrar la deuda. Ha hecho más de ochenta viajes a Madrid en estos años, sin resultado alguno, y obra en su poder abundante documentación, que incluye certificaciones de la calidad del trabajo que realizaba BENASA.

Manuel Benavente ha interpuesto dos querellas penales que no han prosperado y estima que la única salida sería un proceso civil, pero que éste le supondría veintidós millones de pesetas y no tiene dinero para pagarlo.

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