Inquietud en la CEE por la deuda polaca

Los esfuerzos de los Gobiernos de los países miembros de la Comunidad Económica Europea (CEE) para ayudar a Polonia a sobrellevar la crisis económica y política que padece empiezan a encontrar dificultades. Los bancos de la República Federal de Alemania, del Reino Unido o de Italia, que financian los programas de ayuda alimenticia, desconfían de la capacidad del régimen de Varsovia para devolver el dinero y exigen que sus respectivos Gobiernos den una garantía total.Más inquietante aún: por primera vez, una voz se ha levantado en un organismo europeo para interrogarse sobre el sentido de la ay...

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Los esfuerzos de los Gobiernos de los países miembros de la Comunidad Económica Europea (CEE) para ayudar a Polonia a sobrellevar la crisis económica y política que padece empiezan a encontrar dificultades. Los bancos de la República Federal de Alemania, del Reino Unido o de Italia, que financian los programas de ayuda alimenticia, desconfían de la capacidad del régimen de Varsovia para devolver el dinero y exigen que sus respectivos Gobiernos den una garantía total.Más inquietante aún: por primera vez, una voz se ha levantado en un organismo europeo para interrogarse sobre el sentido de la ayuda a Polonia. En la última sesión del Parlamento Europeo, celebrada en Estrasburgo, un diputado laborista británico, Lomas, contestó la oportunidad de facilitar a Polonia elevadas cantidades de productos agrícolas a bajo precio cuando la población de esta república no padece hambre, sino escasez de ciertos productos. "Nuestras reservas son limitadas", explicó el británico, " y deberían estar destinadas con prioridad a los numerosos países en los que los muertos por hambre se cuentan a miles, y no a Polonia, país relativamente próspero".

Las quejas de Lomas no encontraron excesivo eco entre sus compañeros de Estrasburgo, pero, a juicio de los expertos comunitarios, reflejan una inquietud más extendida de lo que podría pensarse. Hasta el momento, Polonia ha pedido y obtenido tres envíos importantes, pero la situación interna no ha mejorado, y es previsible que en los próximos meses lleguen a Bruselas nuevas peticiones. Los bancos de la RFA, que corren a cargo de un 25% de la financiación de estos programas, se han plantado; y exigen una garantía federal, con las repercusiones que supone para el presupuesto del Gobierno Schmidt.

Para colmo, los envíos a Polonia pueden estar constituyendo un "negocio de oro" para una empresa que actúa como intermediaria. El diputado conservador Otto de Habsburgo ha pedido explicaciones a la Comisión Europea y al Tribunal de Cuentas de la CEE. "Es escandaloso que la ayuda a Polonia, sufragada con dinero del contribuyente europeo y con objetivos humanitarios, pueda significar para algunos un beneficio". Parece además que la entrega de las diferentes partidas aprobadas por la CEE con destino a Polonia se realiza con dificultad, debido a problemas de organización. Según datos de la Comisión, contando los tres envíos, la CEE se ha comprometido a facilitar a Polonia 835.000 toneladas de cereales, 100.000 de carne, 50.000 de productos lácteos y 55.000 de azúcar.

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