Las causas del síndrome tóxico son múltiples, según el Consejo General de Químicos

«Las causas químicas del síndrome tóxico pueden ser múltiples, ya que, aunque el aceite de colza original es el mismo, hasta llegar al consumidor ha sufrido diferentes vicisitudes: desnaturalización y adición de colorante, transporte en cisternas de mercancía industrial, refino a temperaturas superiores a doscientos grados centígrados, manipulación y mezcla con diversos tipos de aceites, etcétera», señala un comunicado oficial del Consejo Superior de Colegios de Químicos, distribuido ayer tarde.«Hasta el momento», añade, «los únicos tóxicos reconocidos unánimemente por todos los químicos anali...

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«Las causas químicas del síndrome tóxico pueden ser múltiples, ya que, aunque el aceite de colza original es el mismo, hasta llegar al consumidor ha sufrido diferentes vicisitudes: desnaturalización y adición de colorante, transporte en cisternas de mercancía industrial, refino a temperaturas superiores a doscientos grados centígrados, manipulación y mezcla con diversos tipos de aceites, etcétera», señala un comunicado oficial del Consejo Superior de Colegios de Químicos, distribuido ayer tarde.«Hasta el momento», añade, «los únicos tóxicos reconocidos unánimemente por todos los químicos analistas han sido, por un lado, las anilidas de los ácidos grasos y, por otro, la anilina; estando los primeros en proporciones que oscilan entre doscientas y trescientas veces superior a la segunda y con importantes variaciones de un aceite a otro».

Facilidad de reacción

«Esta observación coincide plenamente con el hecho de que la desnaturalización del aceite de colza inicial se ha realizado con anilina y con la facilidad de reacción de este, compuesto con los ésteres y ácidos grasos presentes en los aceites adulterados (ácidos oleico, linoleico, erúcico, etcétera). En consecuencia, estos tóxicos no se han agregado al aceite, sino que se han formado posteriormente en él lo que explica, a nuestro entender, por qué no ha habido "declaración anónima sobre lo que se hizo o sobre lo que se añadió". Se trata de una concatenación desgraciada de hechos químicos, subsiguientes a una adulteración, que ha concluido con una intoxicación masiva».

El comunicado precisa: «Aunque la toxicidad de estas anilidas grasas no está descrita en la bibliografía, son, de hecho, productos tóxicos que, sintetizados artificialmente, están produciendo, en las primeras pruebas realizadas en animales, respuestas comparables a las observadas en los humanos, por lo que, conociendo sus propiedades fisicoquímicas, estos compuestos grasos deben comportarse en el organismo como lípidos extraños a él y de metabolismo difícil, no pudiéndose negar, en consecuencia, que estos compuestos o sus metabolitos sean posibles agentes etiológicos de la enfermedad. Mientras que la anilina es ligeramente soluble en agua, no lo son las anilidas, cuya liposolubilidad impide su expulsión del organismo; si bien no se puede excluir a priori la posibilidad de que terminen sufriendo degradaciones bioquímicas que conduzcan a su inactivación».

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«Resulta incomprensible que la Administración no haya recurrido en tiempo y forma adecuados a la variedad y amplitud de laboratorios capaces del país, con instrucciones adecuadas que hubieran permitido emitir a tiempo un dictamen conjunto ».

Y finaliza: «Aunque la Sanidad española no nos tiene acostumbrados a contar con las ciencias básicas, ya que excluye, entre otros, a los profesionales químicos del acceso formal a las actividades sanitarias, es evidente la necesidad de una participación multidisciplinaria en este estudio». El Consejo de Químicos ofrece su colaboración a la comisión mixta recientemente creada en las Cortes.

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