Posible fuga de capitales de unos 1.000 millones de dólares en diciembre de 1980

El último informe interno del asesor económico de la Asociación Empresarial de Banca, José D. Teigeiro, señala en sus conclusiones «el muy peligroso fenómeno de la salida de recursos al exterior». Tras analizar las cifras de exportación del pasado mes de diciembre de 2.736 millones de dólares, según la Dirección General de Aduanas, y la correspondiente al registro de caja del Banco de España, en el mismo periodo, de unos 1.600 millones, se desprende la existencia de una posible fuga de capitales próxima a los mil millones de dólares.

«Los datos de aduanas», señala el informe del asesor ...

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El último informe interno del asesor económico de la Asociación Empresarial de Banca, José D. Teigeiro, señala en sus conclusiones «el muy peligroso fenómeno de la salida de recursos al exterior». Tras analizar las cifras de exportación del pasado mes de diciembre de 2.736 millones de dólares, según la Dirección General de Aduanas, y la correspondiente al registro de caja del Banco de España, en el mismo periodo, de unos 1.600 millones, se desprende la existencia de una posible fuga de capitales próxima a los mil millones de dólares.

«Los datos de aduanas», señala el informe del asesor de la AEB, «no están disponibles todavía para completar el anális, por lo cual es difícil deducir si el pésimo comportamiento del ingreso en las exportaciones se debe fundamentalmente a retrasos en el reintegro de dichos ingresos. Lo que sí parece claro». según Teigeiro, «es que las fuertes exportaciones de bienes en diciembre no se han reflejado en un aumento de los ingresos».«Desde 1977 no se producía este problema de fuga incontrolada y no devolución de divisas», ha declarado a EL PAIS Teigeiro.

La crisis no ha tocado fondo

«Los datos monetarios, fiscales y de balanza de pagos -analizados en este informe- muestran con bastante claridad que continúan profundizándose las dificultades que atraviesa la economía española. Si se unen a la debilidad exhibida por los indicadores de actividad real, es difícil evitar la conclusión de que la crisis no ha tocado fondo y, lo que es peor, parecería que puede haber entrado en un proceso de autoalimentación que tienda a empeorarla con el simple paso del tiempo».

Por su parte está -según Teigeiro- la combinación de los efectos creados por el problema energético, las malas expectativas derivadas de tres años de bajo crecimiento, el efecto expulsión del déficit del sector público, que ha venido desplazando progresivamente al sector privado de sus fuentes de financiamiento, y la pérdida de actividad resultante de una grave filtración de la demanda-interna al exterior y del deterioro en la competitividad de las exportaciones. Ante esta situación continúa un feroz crecimiento de las rentas salariales en términos reales. La combinación de estas fuerzas es un estrangulamiento del excedente empresarial, lo cual, a su vez, resulta en la incapacidad de la economía, no ya para empezar a crear nuevos puestos de trabajo, sino para simplemente mantener los existentes. El informe añade que, en estas condiciones, la ausencia de un programa económico claramente formulado y anunciado crea la perspectiva de que esta situación no puede cambiar en un futuro próximo, lo que profundiza la falta de confianza y desestimula el ahorro. El primer efecto se refleja en el muy peligroso fenómeno de la salida de recursos al exterior, que se ve reforzado por la elevada remuneración que obtiene el ahorro en el exterior en términos de tipo de interés y riesgo cambiario.

Tendencia anterior al 23 de febrero

El resultado final y lógico de todos estos factores es -para el asesor de la AEB- el explosivo número del paro reflejado en la encuesta de población activa de finales del año pasado y en las estadísticas de paro registrado correspondientes a enero de 1981, todo lo cual quiere decir que la evolución de la caída del empleo y del aumento del desempleo es perfectamente reconciliable con la de los otros indicadores reales y monetarios.

«Ahora bien», se pregunta José Teigeiro, «¿hasta qué punto la evolución de febrero refleja los acontecimientos de la última semana de dicho mes? Este tipo de pregunta nunca acepta una respuesta totalmente concluyente. No obstante, de lo que no cabe duda es de que las tendencias registradas en esta nota ya se habían manifestado con bastante anterioridad.

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