Crítica:CLÁSICA

Ocho autores para cuatro voces

A lo largo de nuestra historia de la música, la escritura de páginas vocales a cuatro partes ha sido una constante que llega hasta hoy. El Cuarteto Tomás Luis de Victoria (Elvira Padín, Angeles Nistal, Alfonso Ferrer y Jesús Zazo) cultiva todo el repertorio y gusta incluir en sus programas obras de estreno. Se trata de un conjunto de ya no corta vida -nació en 1971-, de indudable calidad y de actividad incesante.Su programa para los Lunes de RNE ordenó composiciones de ocho autores españoles de tan diverso estilo como distinta generación. De Oscar Esplá escuchamos sus breves y bellísima...

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A lo largo de nuestra historia de la música, la escritura de páginas vocales a cuatro partes ha sido una constante que llega hasta hoy. El Cuarteto Tomás Luis de Victoria (Elvira Padín, Angeles Nistal, Alfonso Ferrer y Jesús Zazo) cultiva todo el repertorio y gusta incluir en sus programas obras de estreno. Se trata de un conjunto de ya no corta vida -nació en 1971-, de indudable calidad y de actividad incesante.Su programa para los Lunes de RNE ordenó composiciones de ocho autores españoles de tan diverso estilo como distinta generación. De Oscar Esplá escuchamos sus breves y bellísimas tonadas levantinas; de Rodolfo Halffter, tres epitafios sobre texto cervantino, en los que renueva la savia del madrigal renacentista, estilo que, de otra forma, influyó sin duda a Amando Blanquer, al llevar al pentagrama los versos de Juan de Mensa enTres fábulas de fortuna.

Cuarteto,Tomás Luis de Victoria

Obras de Blanquer, Alfonso, Esplá, Falcón, Alonso, R. Halffter, Arteaga y Larrauri. Sala Fénix. 30 de marzo de 1981.

Absolutamente precioso el O salutaris hostia, de Miguel Alonso, escrito en Roma el año 1960. A través del modelo polifónico romano, Alonso extrae de mucho más atrás -esto es, de los Laudas- sustancia para su obra: redonda, sincera, perfecta. Otro compositor de la misma generación, Angel Arteaga, toma palabras de Grass para su ongmal y hondo Kinderlied.

La vena lírica de dos excelentes creadores canarios -el poeta Justo Jorge Padrón y el compositor Juan José Falcón- se fusionan en El mar, de cargado dramatismo en sus diversas combinaciones: recitado, melodía, fondo armónico y soluciones rítmicas. Estilo que Falcón cultiva, con ideación de imaginero musical en Cum palmis et ramis, texto latino de Juan Márquez García, en ambos casos a través de un lenguaje actual, incisivo y conmovedor.

Del bilbaíno Antón Larrauri, en su doble condición de poeta y compositor, dieron elocuente testimonio Te encontraré en el aire y Poesía de nieblas, tan ricas en su movimiento de las voces como intensas en su expresividad lírica. En fin, el más joven del grupo, el asturiano Mariano Alfonso, nacido en 1950 y discípulo de García Abril en Madrid, aportó, en estreno absoluto, su versión musical de Vida, sobre versos de Aleixandre. Sencilla en su forma tripartita, rica en su polifonía disonante, muy viva en las partes extremas y de poética quietud en la central, la página testimonia un músico de instinto y buena mano. Hizo los comentarios, como de costumbre, Tomás Marco.

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