Tribuna:

La miseria del "pop " madrileño

Hace poco más de un año tuvo lugar en la Escuela de Caminos de Madrid un festival de nuevos grupos madrileños que fue contemplado por gran parte de los medios de comunicación como el nacimiento de una nueva vida para el pop capitalino (y español por extensión). Un año después, el festival, realizado el pasado sábado en el mismo lugar, pasó entre la indiferencia de esos mismos medios, pero no entre la de un público que llenó el salón de actos.Sorprende que en tan poco tiempo todo parezca haberse venido abajo, más que nada porque no es así. Los grupos actuantes fueron Los Coyotes, Paraíso y Los ...

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Hace poco más de un año tuvo lugar en la Escuela de Caminos de Madrid un festival de nuevos grupos madrileños que fue contemplado por gran parte de los medios de comunicación como el nacimiento de una nueva vida para el pop capitalino (y español por extensión). Un año después, el festival, realizado el pasado sábado en el mismo lugar, pasó entre la indiferencia de esos mismos medios, pero no entre la de un público que llenó el salón de actos.Sorprende que en tan poco tiempo todo parezca haberse venido abajo, más que nada porque no es así. Los grupos actuantes fueron Los Coyotes, Paraíso y Los Bólidos (Las Chinas iban a hacerlo, pero su batería huyó, mientras a Ruby y Los Casinos les impidió tocar su mentor, apoderado y pinchadiscos, Rafael Abitbol, o al menos eso se dijo públicamente). Defecciones tanto más sorprendentes por cuanto el festival era benéfico: Paraíso debe todavía pagar su equipo y a alguno le podía caer una querella.

Lo sucedido (el desinterés) se entiende porque en este país no acabamos nunca de creernos lo que nosotros mismos generamos, porque se montan unas enormes expectativas sobre meras esperanzas y porque no se saben superar los traumas que produce la confrontación con la dura realidad. Una pena, porque lo del sábado fue importante, por lo que significaba de proyectos, de vitalidad. Allí los ex grupos, o sus miembros, intentaban formar nuevas uniones, tomando contacto con otros músicos, dispuestos a poner anuncios, a salir adelante. El interés que poseían no puede haberse difuminado en sólo un año. Los que antes eran geniales no pueden haber pisado en tan corto espacio de tienipo a formar una colección de oligofrénicos. ¿Qué pasa?

Pues pasó que Paraíso, con sólo cuatro componentes, dio uno de los mejores conciertos que se les recuerdan, que hicieron un Para ti emocionante y que derrocharon la entrega que es habitual en ellos. Lástima que el grupo se haya disuelto. Con ellos se va uno de los mejores exponentes de la llamada nueva ola de aquí: incapaces de sobrevivirse a sí mismos y a sus circunstancias. Esperemos que los nuevos grupos que piensan montar hayan aprendido de la experiencia.

Los Coyotes, con su rockabilly añejo y las poses de su cantante, quedaron bien, mientras Los Bólidos mostraban cómo se pued e mantener un grupo a lo largo del tiempo sin que mejore el mínimo exigible. Porque Los Bólidos, siendo uno de los conjuntos más pintorescos y con mejores intenciones de por aquí, parecen no tener mayor interés en ir para delante. Lo que, bien mirado, no está mal como actitud.

El festival fue un éxito. Más por la gente y por los grupos que por su repercusión pública. Y esa es una de las cosas que todos hemos de ir aprendiendo: lo importante es esa relación músicos-personal. Todo lo demás son añadidos.

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