Los rectores madrileños consideran "precipitada" la supresión del Ministerio de Universidades

Los rectores de cuatro universidades, en sus respuestas a una encuesta de Efe sobre la unión de los ministerios de Educación y de Universidades e Investigación, coinciden, en líneas generales, en la afirmación de que ha sido demasiado breve la experiencia de la separación de ambos departamentos para que hubiesen podido cristalizar las expectativas que la misma había despertado. El profesor Pedro Martínez Montávez, rector de la Universidad Autónoma de Madrid, manifestó que «la muerte del Ministerio de Universidades ha sido mucho más prematura e improvisada que su creación».

Para Francisc...

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Los rectores de cuatro universidades, en sus respuestas a una encuesta de Efe sobre la unión de los ministerios de Educación y de Universidades e Investigación, coinciden, en líneas generales, en la afirmación de que ha sido demasiado breve la experiencia de la separación de ambos departamentos para que hubiesen podido cristalizar las expectativas que la misma había despertado. El profesor Pedro Martínez Montávez, rector de la Universidad Autónoma de Madrid, manifestó que «la muerte del Ministerio de Universidades ha sido mucho más prematura e improvisada que su creación».

Para Francisco Bustelo, rector de la Complutense, «la universidad tiene suficiente entidad como para requerir un ministerio; pero como siempre es discutible qué esfera de actividades ha de corresponder a un ministerio, ahora se hace desaparecer el de Universidades e Investigación, lo que, a mi juicio, es un cierto retroceso».Tras admitir que quizá fuera discutible en su día la creación de un departamento específico, el rector de la Complutense piensa que «hacerlo desaparecer ahora, y sobre todo cuando está en discusión una ley tan importante como la de Autonomía Universitaria, resulta poco justificable y no es ni bueno ni positivo».

En opinión de Rafael Portaencasa, rector de la Universidad Politécnica, sería mejor tener un ministerio independiente, aunque considera que ello no es lo más importante para la universidad si la secretaría de Estado que se establezca va a tener la suficiente capacidad de maniobra para poder influir en el desarrollo y solución de los problemas universitarios.

«Lo más importante ahora», concluye Rafael Portaencasa, «es la ley de Autonomía Universitaria, que aún no ha dado a luz y creo que en estos momentos está en peligro ».

Política indefinida

Por su parte, el profesor Martínez Montávez opina que en España no existe una política universitaria definida y programada que tenga unos objetivos concretos y precisos de largo alcance, sino que la política universitaria o las decisiones que se toman sobre la universidad responden más bien a situaciones coyunturales, circunstanciales, imposiciones del momento y con una clara interferencia política.«De todas maneras», dice el rector de la Universidad Autónoma de Madrid, «al Ministerio de Universidades e Investigación no se le ha dado tiempo suficiente para que pudiera realizar una serie de objetivos que se había propuesto y que posiblemente, en términos generales, habrían sido beneficiosos para la universidad. No ha tenido tiempo de madurar esa obra, y no se puede juzgar de manera definitiva sobre lo que ese brevísimo Ministerio ha hecho o habría podido programar».

Finalmente, el rector de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), Tomás Ramón Fernández, manifiesta que «ni en su momento le pareció una panacea la creación de un nuevo ministerio ni ahora me parece un drama su refundición».

Esperanzas no confirmadas

Piensa el rector de la UNED que para muchos universitarios la creación de un ministerio específico para Universidades «abrió una puerta a la esperanza, porque todos pensamos que el Gobierno prestaría mayor atención a los problemas universitarios, pero realmente el tiempo que ha durado este departamento ha sido tan corto que esas esperanzas no han podido ser confirmadas».

Tomás Ramón Fernández cree que la universidad tendrá un tratamiento aparte dentro del Ministerio de Educación al crearse una secretaría de Estado. « En esa medida», afirma, «el cambio no puede ser muy importante».

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