Washington no considera inevitable una intervención soviética en Polonia

«No creemos que una intervención soviética en Polonia sea inminente, inevitable o justificable», declaró William Dyess, portavoz del Departamento de Estado, en comentario ante la Prensa sobre los últimos acontecimientos polacos.

Washington mantiene una posición prudente, pero recuerda las declaraciones del presidente, Ronald Reagan, y del secretario de Estado, Alexander Haig, de que Occidente reaccionará si hay una intervención militar soviética en Polonia, con consecuencias graves para las relaciones Este-Oeste.Las afirmaciones del portavoz del Departamento de Estado sale...

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«No creemos que una intervención soviética en Polonia sea inminente, inevitable o justificable», declaró William Dyess, portavoz del Departamento de Estado, en comentario ante la Prensa sobre los últimos acontecimientos polacos.

Washington mantiene una posición prudente, pero recuerda las declaraciones del presidente, Ronald Reagan, y del secretario de Estado, Alexander Haig, de que Occidente reaccionará si hay una intervención militar soviética en Polonia, con consecuencias graves para las relaciones Este-Oeste.Las afirmaciones del portavoz del Departamento de Estado salen al paso de una serie de informaciones difundidas en medios periodísticos norteamericanos que, aludiendo fuentes oficiales, consideran como inminente la entrada de tropas soviéticas en territorio polaco, para restablecer un poder político-militar capaz de controlar las ansias liberalizadoras de los sindicatos y del pueblo polaco en general.

El cambio del primer ministro polaco, Jozef Pinkowski, por el general Wojciech Jaruzelski, se interpreta en Washington como un asunto interno, aunque no se excluye la tesis de que sea un paso hacia una solución dura a la polaca para evitar la necesidad de recurrir oficialmente a la ayuda de las tropas del Pacto de Varsovia.

Interrogado sobre si Washington consideraría como un asunto interno la utilización de las tropas nacionales polacas para restablecer el orden socialista, el portavoz del Departamento de Estado eludió responder, limitándose a declarar no querer entrar en especulaciones.

En relación con la posibilidad de facilitar ayuda financiera norteamericana a Polonia, Washington continúa manteniendo la idea de supeditarla a la «necesidad de reformas de la economía polaca», sin aventurarse en qué tipo de modificaciones serían necesarias.

A nivel militar, la posibilidad de una entrada de tropas soviéticas en Polonia se considera, sin embargo, tan probable ahora como lo fue a mediados del pasado mes de diciembre. Se calcula que los soviéticos tienen estacionados unos 500.000 soldados en las fronteras de Polonia, cifra que no ha variado en los últimos meses.

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Parece evidente que lo poco que queda de la filosofía de distensión Este-Oeste, menguada por la invasión soviética de Afganistán y por el lenguaje de guerra fría utilizado por la nueva Administración Reagan, quedaría completamente paralizado en caso de una actuación soviética en Polonia.

No se cree, sin embargo, que la reacción norteamericana fuera de tal calibre que llegara a provocar una ruptura de los principios básicos del Tratado de Yalta, que, desde la última guerra mundial, dividen Europa en dos zonas de influencia.

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