Tribuna:

Adiós, 'Pop-grama", adiós

Esta semana se emite el último Pop-grama, un espacio que, trompicado como fue a lo largo de estos tres años, ha sido el más significativo de los musicales españoles, tanto por el momento en que comenzó como por su inusual capacidad de información. En realidad, su defunción es su historia. Así que vamos con ella.Hace ya tiempo, Francisco Soriano, hombre de musicales de RTVE, pensó hacer un programa moderno, más bien para la segunda cadena. Consciente de sus limitaciones en el terreno musical, y aunque figura como director, dejó en manos de siete especialistas la confección de los guiones...

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Esta semana se emite el último Pop-grama, un espacio que, trompicado como fue a lo largo de estos tres años, ha sido el más significativo de los musicales españoles, tanto por el momento en que comenzó como por su inusual capacidad de información. En realidad, su defunción es su historia. Así que vamos con ella.Hace ya tiempo, Francisco Soriano, hombre de musicales de RTVE, pensó hacer un programa moderno, más bien para la segunda cadena. Consciente de sus limitaciones en el terreno musical, y aunque figura como director, dejó en manos de siete especialistas la confección de los guiones y la realización práctica de unos programas que, en principio, eran de actualidad y de una hora y media de duración. Casi desde el principio aparecieron las crispaciones sufridas por todo aquel que trabaje en Televisión Española y no tenga mucha experiencia. De manera que empiezan a pasar cosas raras. Ramón Trecet se va abruptamente porque le censuran a Luis Pastor. Montse, rubia ella, se ve apeada del programa, al igual que Moncho Alpuente. Se reduce el tiempo de emisiones y, mientras, Angel Casas parece que desea hacerse un futuro en su tierra y presenta casi exclusivamente gente de Barcelona (o provincias); Diego Manrique, y sobre todo Carlos Tena, comienzan una intensiva y extensiva utilización de los medios de difusión para insultar-denunciar la situación en que se encontraba Pop-grama, convirtiéndola muchas veces en una historia de buenos y malos. A Paco de la Fuente se le ve poco.

Para musicales -departamento cuyo jefe hasta hace poco ha sido Ramón Díez, especialista en retransmisiones deportivas y con tan buenos aciertos como el Hotel de las mil y una estrellas-, el Popgrama era, más que problemático, desagradable. Como director, Francisco Soriano no debía soportar bien desconocer un elevadísimo tanto por ciento de las cosas que por allí aparecían, y tampoco el comprobar que casi nunca estaban en las listas de éxitos. Comparado con Aplauso, un programa que entienden chicos y mayores, Pop-grama venía a ser un lujo underground (aunque para mucha gente fuera uno de los mejores canales de información musical existentes en nuestro país).

Un hecho importante tuvo lugar cuando Francisco Soriano creyó ver más atractivo un formato de programas monográficos, huyendo de la actualidad viva y buscando, tal vez, un didactismo que en nuestro país tiene su punto de lógica.

En 1980 las cosas ya iban desmadradas y Carlos Tena dimitía cada dos por tres, se hacían planes de ampliación para, finalmente, suspender el programa durante más de seis meses, sustituido en verano por el Musical Express, de Angel Casas, en solitario, sin ayuda de nadie.

Pop-grama va a ser sustituido ahora por otro programa de Angel Casas, Musical Express-amigos y, más tarde, por Tutti frutti, un programa copia del All you need is love, que serviría como banco de pruebas para una serie de aspirantes a guionistas de un futuro programa del que no se conoce ni carácter ni fecha. Tutti Frutti estará dirigido de nuevo por Francisco Soriano y coordinado por Ramón Trecet. Se compone de trece capítulos que tratarán de recorrer toda la historia del pop; cada capítulo, con guión perteneciente a uno de los varios críticos (incluidos los componentes del Pop-grama) seleccionados. Lo curioso es que el virus crispante de esa casa ha hecho presa de Tutti fruti aun antes de que se haya aprobado el presupuesto del programa y en plena efervescencia por los cambios que se aproximan. Han bastado unas declaraciones de Manrique y de Tena para que se disparen los teléfonos, se perciban maniobras, se grite indignado, se descalifique y se intrigue. 0 sea, de pena. No es que a estas alturas vengarnos a creer en los Reyes Magos, pero me imagino que el rocker medio a quien han dejado sin nada de actualidad que llevarse a la boca les diría que mejor harían dejando de observarse tan preocupadamente el ombligo. Que más les valdría hacer algo.

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