Prudencia en el mundo árabe ante Reagan

Ante la llegada de la nueva Administración norteamericana, el mundo árabe ha escogido, al parecer, la prudencia hasta que el equipo del presidente Ronald Reagan dé sus primeros pasos.Los dirigentes árabes prefieren dejar a un lado las declaraciones abiertamente proisraelíes del candidato Reagan, entendiendo que se trata, por el momento, de propaganda electoral ajena a los intereses de Estados Unidos.

Incluso los palestinos afirman en privado que están convencidos de que la nueva Administración no caldeará los ánimos cuando se trate de «plantear el problema del Próximo Oriente sobre el t...

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Ante la llegada de la nueva Administración norteamericana, el mundo árabe ha escogido, al parecer, la prudencia hasta que el equipo del presidente Ronald Reagan dé sus primeros pasos.Los dirigentes árabes prefieren dejar a un lado las declaraciones abiertamente proisraelíes del candidato Reagan, entendiendo que se trata, por el momento, de propaganda electoral ajena a los intereses de Estados Unidos.

Incluso los palestinos afirman en privado que están convencidos de que la nueva Administración no caldeará los ánimos cuando se trate de «plantear el problema del Próximo Oriente sobre el terreno». Naturalmente, no confían en la nueva Administración, a pesar de recientes declaraciones de Alexander Haig, secretario de Estado, para quien la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) no es una organización terrorista, mientras que Al Fatah, principal integrante de la OLP, sí lo sería.

Otros dirigentes árabes, incluso aquellos a quienes se califica generalmente de «duros», prefieren espetar y ver.

A una pregunta reciente acerca de si Siria cambiaría su actitud con la nueva Administración, su presidente, Hafez el Assad, declaró: «¿Cambiarán ellos de posición? Si es así, estamos dispuestos al diálogo».

Unicamente el rey Hussein de Jordania parece confiar a fondo en el nuevo equipo en el poder en Estados Unidos.

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