Con explicación, peor

Si el señor embajador de Venezuela dijo en el País Vasco las palabras que se le han atribuido, el hecho es grave. Desgraciadamente, la nota que la embajada de dicho país ha hecho pública con la pretensión, según parece, de aclarar el incidente, lo ha dejado peor.La referencia era muy concreta: el señor embajador, inmiscuyéndose en problemas delicadísimos de carácter interno del Estado español (más todavía, de la nación española), había presentado determinadas reivindicaciones independentistas, como las «de un país que quiere conseguir su libertad» y había prometido su ayuda, y que él seguiría ...

Si el señor embajador de Venezuela dijo en el País Vasco las palabras que se le han atribuido, el hecho es grave. Desgraciadamente, la nota que la embajada de dicho país ha hecho pública con la pretensión, según parece, de aclarar el incidente, lo ha dejado peor.La referencia era muy concreta: el señor embajador, inmiscuyéndose en problemas delicadísimos de carácter interno del Estado español (más todavía, de la nación española), había presentado determinadas reivindicaciones independentistas, como las «de un país que quiere conseguir su libertad» y había prometido su ayuda, y que él seguiría «apuntalando libertades».

La gravedad de esas palabras, en el contexto de un acto donde fueron continuas las alusiones a la «soberanía» vasca, no necesita ser encarecida. ( ... )

Cuando la Embajada venezolana se limita a decir que las palabras del señor embajador han sido distorsionadas y mal interpretadas, tras lo cual añade unas digresiones genéricas sobre la libertad y la democracia que nada tienen que ver con el caso que se debate, nos parecería muy mal que las autoridades de nuestro país se diesen por satisfechas. Esperemos que regrese el ministro de Asuntos Exteriores de su estancia en el extranjero para que ponga las cosas en su sitio.

26 de septiembre