La dirección de Ensidesa intenta racionalizar la distribución de personal

La dirección de Ensidesa está dispuesta al cierre y venta de algunos centros de trabajo, con la finalidad de suplir el déficit de personal y realizar los traslados suficientes para la puesta en marcha de nuevas instalaciones. La dirección argumenta para adoptar tal medida la imposibilidad de incrementar la plantilla.El consejero delegado de Ensidesa, José María Lucía, envió a los jefes de área una carta, en la que reconoce la necesidad de más personal en algunos centros de trabalo, motivo por el que los 85 aprendices que realizaron estudios en la escuela de formación de la empresa, y que no ha...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

La dirección de Ensidesa está dispuesta al cierre y venta de algunos centros de trabajo, con la finalidad de suplir el déficit de personal y realizar los traslados suficientes para la puesta en marcha de nuevas instalaciones. La dirección argumenta para adoptar tal medida la imposibilidad de incrementar la plantilla.El consejero delegado de Ensidesa, José María Lucía, envió a los jefes de área una carta, en la que reconoce la necesidad de más personal en algunos centros de trabalo, motivo por el que los 85 aprendices que realizaron estudios en la escuela de formación de la empresa, y que no han sido admitidos, de acuerdo con las nuevas normas, se han dirigido a los trabajadores para criticar la actitud de la dirección y solicitar la solidaridad de, los trabajadores.

El problema, sin embargo, según fuentes competentes, no está en que el personal de Ensidesa sea insuficiente, en cuanto a la cifra total, sino en su desequilibrada distribución. Si cada instalación tuviera el número de trabajadores adecuado, de la plantilla actual sobrarían unos 2.000, según las mismas fuentes.

La economía asturiana depende en un 33% de la siderurgia. Se estima que cada uno de los 26.000 puestos de trabajo de Ensidesa induce cuatro en otras empresas. El señor Lucía ordenó a los jefes de área la realización de un recorrido por los distintos talleres y servicios para efectuar un inventario de posibles fuentes de financiación del déficit, sin limitaciones de ningún tipo, tanto técnicas, salariales o de inversión. Durante el pasado año, las pérdidas de Ensidesa ascendieron a 7.661 millones de pesetas, lo que suponía una considerable reducción respecto a 1978, pero el panorama se vuelve desalentador en 1980, cuyo primer trimestre arroja unas pérdidas que duplican las del año pasado en el mismo período.

José Luis Baranda Ruiz, presidente de Ensidesa, expuso recientemente la necesidad de una urgente reestructuración financiera de la empresa.

Archivado En